Los Oscars: cada vez más desacertados


Alfonso Guido_ Perfil Casi literalSeguramente no seré el único en darse cuenta que la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas, organización que anualmente otorga los Premios Oscar a lo “mejor” en lo que respecta a cine ―principalmente estadounidense―, tras concluir la ceremonia y apagar las luces, año con año va dejando cada vez más aficionados decepcionados, algunos otros terminan frustrados, y quizá otros terminan por odiar y maldecir a Hollywood; pero incógnitos entre todos estos grupos, nunca faltan aquellos que terminan con más dudas que respuestas ―como es mi caso―; y que, al igual que pasa con los Nobel de literatura, termina preguntándose: “¿Qué es lo se valora en realidad?”

Volvió a suceder este año, en el que la repartición de la estatuilla dorada fue dispersa por casi todas las producciones nominadas en más de alguna categoría, y no hubo película ganadora ni tampoco la “gran perdedora”, tal como inmediatamente después de concluida la entrega pregonaron algunos medios refiriéndose a Lincoln. Lo cierto es que entre vaqueros, musicales y recreaciones de conflictos políticos, la propuesta fue muy heterogénea, y quizá para algunos las nominadas en esta ocasión no daban para tanto desear. Esto no quiere decir, sin embargo, que no hubiera quienes hayan merecido el galardón más que otros por el desempeño artístico individual y colectivo demostrado tanto de frente como detrás de las cámaras.

La multipremiada Argo, de Ben Affleck (Globo de Oro, Premio BAFTA, y Premio de la Crítica a la mejor película; Globo de Oro, Premio BAFTA, Premio de la Crítica y Premio Sindicato de Actores al mejor director; sólo por contar algunos), llegó a los Premios de la Academia contando con un presagio de lo que le esperaba para el final de la noche, tal como es muy común en estos casos, cuando los Globos de Oro y otros premios de antesala suelen servir de premonición para los ganadores del Oscar. Este año no fue la excepción, ya que entre otros reconocimientos ganó el Premio a la mejor película. Nótese, sin embargo, que quedó muy lejana a lo que alcanzó en los premios de antesala. Quizá no se trate de la menos merecedora entre las nominadas, sin embargo es muy sospechable que sus altas posibilidades de ganar fueron gracias a la pobre propuesta cinematográfica que hubo en este año recién pasado, y no tanto por mérito propio.

No me parece más que un drama político, como tantos otros que han existido en el Hollywood más comercial que nos podamos imaginar, cuyos realizadores se valieron de un conflicto internacional (lo que hoy en día está tan de moda) para ficcionalizar un episodio que aún hoy sigue contando con versiones tan disparejas por parte de los dos bandos implicados. La misma naturaleza de posturas divergentes sobre este misterioso episodio sacado a la luz por Estados Unidos hasta hace apenas algunos años, debería ser suficiente para no atreverse a afirmar que Argo se trata de una historia basada en hechos reales, tal como se quiere dar a entender al inicio del film.

Y como para echar más leña al fuego en estos tiempos de conflictos, y más aún, siendo Irán uno de los protagonistas de ambas historias ―aquella, la heróica de la película; y ésta, la de las amenazas nucleares dentro de la realidad que vivimos día a día―, la Primera Dama de Estados Unidos, Michelle Obama, fue la encargada de premiar este film como mejor película del año.

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1 Respuesta a "Los Oscars: cada vez más desacertados"

  1. Sin duda un acertado comentario, principalmente por lo político y poco por lo comercial. Caso contrario le sucede a los eventos que patrocinan las cadenas hispanas acá en los EEUU, que cuando el tema le llega en el fondo a las personas humildez tratan de escurrirlo lo más que puedan, con lo mismo y lo mismo que parece un disco rayado. Salud

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