Nos dan gato por liebre


Leo

Si alguno de los grandes poetas malditos, como

Boudelaire,  resucitara, seguramente expulsaría de su

templo a los mercachifles tal como lo hizo el Mesías.

Aunque no he asistido a Filgua —y no creo que me decida a ir, simplemente porque trato de evitar las aglomeraciones inútiles—, por diversas circunstancias me he enterado de muchas actividades y anécdotas que han ocurrido en torno a este evento, que se supone debería reunir la flor y nata de los artistas, escritores e intelectuales de nuestra aburrida provincia. Entre ellos, cosas tan folclóricas, como la elección de la mujer Filgua —casi parece un concurso para reina de pueblo—, que recayó en la ya famosa Vivian Marroquín, por “sus excelentes aportes intelectuales a la cultura nacional y universal”  en su libro Siendo puta me fue mejor, lo cual, con el respeto que me merecen las putas, no pondría en tela de juicio porque como escritora deja ya mucho qué desear; aunque el título tal, bien le caería como anillo al dedo si nos referimos a la forma más fútil de prostituir la literatura.

Otro hecho notable fue la intromisión de Montana Exploradora al tener la desfachatez de querer erguirse como mecenas de este evento y, por tanto, de las letras nacionales. No se necesitan más que cinco dedos de frente y una mediana inteligencia para dejar a cualquiera con la boca abierta ante estas cosas que solo en Guatemala pueden suceder. Entonces, uno se pregunta si la Gremial de Editores y el sector empresarial en general son lo suficientemente ingenuos como para creer que el público en general no será capaz de adivinar las verdaderas intenciones de estas alianzas, demás está decir de corte neoliberal y mercantilista. Por fortuna, en la sociedad todavía existen sectores y personas individuales que alcanzan a ver más allá de las aparentes buenas intenciones y del maquillado progreso que estas empresas dicen traer. Y por fortuna, también, este hecho nos ha demostrado que todavía puede haber artistas con un sentido de compromiso ético ante la problemática social, como lo hizo Ajchowen, un colectivo femenino, teatral y, además, indígena, al declinar la invitación que los organizadores les hicieran para participar con la puesta en escena Ixkik, donde irónicamente se denuncia la problemática de la minería. Esto realmente es para aplaudirse.

Y por último, y no por eso menos importante, la intervención del animador mexicano Yordi Rosado, quien habló de su libro Renuncio, ¡tengo un hijo adolescente! , pero que en realidad será la figura que se prestará al show para atraer a las grandes masas imberbes al apasionante mundo de los libros. ¡Bendita democracia la de nuestros días, que ahora le da el don de las letras hasta los bufones de Televisa! ¡Bendita democracia en la que luminarias como Tuti Furlán, ahora puede regodearse con mujeres de la talla de Isabel Allende, Elena  Poniatowska, Virginia Woolf o Marguerite Yourcenar y formar parte de su parnaso!  Eso es parte del espectáculo que mucha de la industria editorial, en nuestros días, nos quiere vender sin importarle que los contenidos se banalicen. Es la perfecta instalación del performing post-modernista, con sus bolsas de propaganda para que la gente “Pare de sufrir”. Sin duda están en su derecho de hacerlo, pues vivimos en una sociedad mercantilista que necesita enseñar “tetas y nalgas” para vender. Pero que no traten de darnos gato por libre, diciéndonos que eso es literatura.

¿Quién es Leo De Soulas?

¿Cuánto te gustó este artículo?

Califícalo.

0 / 5. 0


2 Respuestas a "Nos dan gato por liebre"

  1. Muy buen comentario, Leo. Esas ferias siempre se convierten en lo mismo, una forma de vender. Lo importante no es que la gente lea, es que compre libros aunque después no los lea. Ya de por sí, el término «feria» tiene una connotación mercantilista: «mercado más importante que el común». Y como diría José Milla: todos van a la feria para ver y ser vistos. Los escritores deberían de organizar eventos más originales.

    1. Completamente de acuerdo, Rossana, o por lo menos organizar eventos que hagan mantener cierto nivel de calidad. Pues ni modo, nos tocará sacar el mejor traje dominguero que tengamos para ir a la feria a ver y a que nos miren.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

desplazarse a la parte superior