Cuando dos civilizaciones humanas se encuentran hay un choque, una devastación proporcional a sus respectivos adelantos culturales y militares. Cristóbal Colón reporta haber llegado a territorio americano el 12 de octubre de 1492; con ello, inaugura la edad moderna, haciendo del mundo un sistema cerrado, interconectado.
De esta manera, Colón establece: a) los fundamentos materiales de la globalización; b) la acumulación de capital, a través del saqueo y hurto del oro hispanoamericano, así como de sus demás recursos naturales; c) la difusión del cristianismo, y la sistemática transculturación de los pueblos aborígenes; d) el mayor genocidio conocido por el hombre; tal suceso histórico es comentado por el antropólogo brasileño Darcy Ribeiro, en su libro Las Américas y la civilización: proceso de formación y causas del desarrollo desigual de los pueblos americanos:
La verdad es que el proceso de formación de muchos pueblos americanos se asienta sobre el genocidio de poblaciones que sumaban y sobrepasaban cientos de miles de habitantes, que fueron llevados a exterminio y destruidas en cuanto etnias, y que solo consiguieron sobrevivir como matriz genética de las poblaciones mestizas a las que dieron lugar.
(Ribeiro, 1992: 344)
Posteriormente, hacia el siglo XVIII (concretamente, el año de 1776), la economía política del despojo adquirirá su completa autoconsciencia, con la publicación del libro Investigación sobre la naturaleza y causa de la riqueza de las naciones, escrito por el escocés Adam Smith. En este libro, tristemente célebre, es el primer sustento científico del imperialismo como forma de gobierno moderno, en su capítulo titulado “Colonias”, del libro IV; así mismo, hace un análisis detallado del oro extraído de las minas americanas, principalmente las de Perú, y sus relaciones con el mercado internacional de la época.
Es así como el descubrimiento y conquista de América se fundamentan en el imperialismo más abyecto, que, según se ve en la actualidad, aún no ha sido superado. América Latina, y particularmente Guatemala, sigue siendo asolada por la “fiebre del oro” de potencias extranjeras, las cuales no ven en este territorio más que un gran cúmulo de materias primas para sus exhaustas y moribundas economías occidentales; por otra parte, a pesar de las exorbitantes ganancias que roban al país, no previenen ni mitigan los daños medioambientales y sociales que generan.
Se muestra entonces, ante nuestros ojos, la desnudez de la crueldad humana en toda su grotesca magnitud: la superioridad de la acumulación de capital imponiéndose sobre la condición humana; la avaricia superando nuestros sentimientos de justicia. Ello, aunando la desigual distribución de la tierra, el modelo rentista del sistema económico local, la falta de inversión social, crean un escenario dantesco donde las enfermedades galopan libremente sin coto; niños muriendo de hambre en la más ubérrima abundancia, personas excluidas de los servicios más básicos, un sistema educativo atrasado que no permite siquiera la adecuada competencia internacional y producción laboral.
Guatemala es, pues, un país que sigue en la colonia, estancada en un momento histórico oscurantista y bárbaro, donde las estructuras económicas están fabricadas para el detrimento, vulneración, y explotación del prójimo y sus recursos.
Bibliografía:
- Colón, Cristóbal, Diario de navegación. Primera Edición. Tipografía Nacional, ciudad de Guatemala. 2009. 137 páginas.
- Ribeiro, Darcy, Las Américas y la civilización: proceso de formación y causas del desarrollo desigual de los pueblos americanos. Primera Edición. Biblioteca Ayacucho. Venezuela. 1992. 503 páginas.
- Smith, Adam, Investigación sobre la naturaleza y causa de la riqueza de las naciones. Primera Edición. Fondo de Cultura Económica. México D.F., 2010. 917 páginas.
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¿Quién es Gabriel García Guzmán?
