El miedo y la ignorancia


Lissete E. Lanuza SáenzMe duele París. También me duele Beirut, y Siria, y muchos otros lugares. Me duelen los muertos, la desesperación y el miedo. Me duele la ilusión de levantarse hoy y sentir que estamos más seguros que ayer. Me duele el odio y la falta de comprensión. Me duelen las mentiras y las medias verdades. Pero sobre todo, como diría Mafalda, me duele este mundo en que vivimos.

Desde acá, desde lejos, da menos miedo; pero hace pocos años estaba yo allá y tampoco sentía miedo. ¿Será que el mundo ha cambiado tanto en tan poco tiempo? ¿Será que nunca nos damos cuenta de lo que está pasando a nuestro alrededor? O, ¿será, quizás, que ahora entiendo lo que entonces no entendía? ¿Será que ahora comprendo lo que en aquel momento no comprendía porque, acaso, era muy ingenua?

Hay muchos “enemigos”, verdaderos e imaginados, pero de todos ellos, la ignorancia es el único que depende de nosotros combatir cuando estamos frente a un momento histórico como el que vivimos. Es un círculo vicioso. La ignorancia engendra miedo y el miedo engendra odio. Odiamos a lo que no entendemos y no entendemos aquello que no nos preocupamos por descubrir.

Suena simple, pero no lo es. Ninguna historia que comienza con hombres armados disparando sobre personas inocentes puede ser sencilla, pero la reacción visceral no siempre es la correcta. Las generalizaciones no son amigas de nadie.

Es fácil culpar a la religión, sí; también es fácil culpar a los refugiados. Se culpa a lo diferente, a lo que no se entiende. Es un problema de “ellos”, dirían algunos; sin considerar que “ellos” somos nosotros. Todos somos ellos. El mundo hace rato que perdió los matices.

Cultura es un concepto muy amplio. A veces hablamos aquí de libros o de otras formas de expresión artística, pero la cultura lo engloba todo. Tiene que ver también con la búsqueda continua del conocimiento, con el no contentarse con la idea que nos vende alguien sino descubrir nuestros propios pensamientos, llegar a nuestras conclusiones, encontrar nuestra verdad.

Me duele Paris. Me duele Beirut también, y Siria, y muchos otros lugares. Pero no permitiré que el dolor me nuble los pensamientos. Hay que sentir, sí, pero también hay que pensar. Es la única manera de, tal vez, algún día, cambiar el mundo.

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2 Respuestas a "El miedo y la ignorancia"

  1. Como siempre el temor a lo diferente crea en tabú de «lo que debe ser correcto y lo que no», y lamentablemente para nosotros todo lo diferente es tabú.
    Me encanta esta parte: «Es un problema de “ellos”, dirían algunos; sin considerar que “ellos” somos nosotros. Todos somos ellos. El mundo hace rato que perdió los matices.». Comparto en absoluto tu opinión respecto a esto.
    El fundamentalismo en el mundo se ha tomado la atribución de autodestruirnos, increíble que algo así pase en estas épocas…

    Un saludo y gracias por hacerme pensar.

    1. Muchas gracias por el comentario! Me alegro que haya logrado lo que quería, que era que pensáramos un ratito.

      Saludos.

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