Un país de lectores: ¿sueño imposible? (II)


María Alejandra Guzmán_ Perfil Casi literalComo recordarán, abordé en mi columna pasada la razón por la cual me parece casi imposible concebir la quimera de vivir en un país de lectores. Detallé
cuáles son las estrategias que me parecen equivocadas para despertar el interés en la lectura y cuál debería ser la pos
tura de los docentes para lograr dicho objetivo.

Al respecto agregaría que no existe voluntad política
para impulsar el hábito de la lectura en nuestro país. Prueba de ello es que somos uno de los pocos países latinoamericanos cuyas ventas de libros no están exentas del pago del Impuesto al Valor Agregado (IVA). Sin embargo, hay que recalcar que, aunque se tomase esta oportuna medida para que realmente se incremente el porcentaje de lectores en Guatemala, el cambio debe surgir desde las aulas y los hogares.

No obstante, pareciera que hay personajes de bajo perfil pero de alto poder a quienes no les interesa que la gente lea y fortalezca su pensamiento crítico. Hay una estrategia macabra detrás de todo esto, que busca que las personas sean fáciles de masificar y manipular, razón por la cual el adulto promedio percibe la lectura como aburrida, poco interesante e incluso inútil. En pocas palabras, esto ha provocado que a la mayoría de gente no le guste leer, y por lo tanto, que tan solo el uno por ciento de la población tenga el hábito de lectura.

Por ello observamos altos índices de deserción en las universidades, poca concurrencia en actividades culturales y la pésima ortografía de miles de usuarios de las redes sociales, tanto en nuestro país como en toda Latinoamérica, así como los argumentos poco sólidos con los cuales estas personas sustentan sus puntos de vista en dichas redes y otros ámbitos. Pareciera que hablo de hechos aislados, pero no es así. Cada uno refleja las deficiencias lectoras que padece la mayoría de guatemaltecos, así como la enorme apatía que existe hacia la lectura.

Existe gente en nuestro país que considera que los libros son onerosos y que hay necesidades más importantes que satisfacer. Creen que un libro es “carísimo”, sin embargo están dispuestos a gastar en dispositivos móviles, ordenadores, televisores con pantalla plana, entre otros. ¡Vaya manera tan extraña de razonar!

Vale la pena recordar que vivimos en una sociedad cuyo modo de producción imperante fomenta el consumismo desmedido, lo cual repercute en los hábitos de lectura de las mayorías; un hecho visible no solo en nuestro país sino en todo el mundo. Porque a quienes promueven este fenómeno son un conjunto de mentes capitalistas que han globalizado este mundo por medio del consumo masivo de tecnología, información y contenido televisivo, y no les interesa que el consumidor sea crítico y responsable. Por el contrario, producen cuanto sea necesario para adormecer a las masas. Y  al convertirnos en receptores acríticos de contenido televisivo, información y mensajes publicitarios, la lectura nos parece un hábito que nada tiene que aportarnos y nuestro criterio se reduce a repetir como autómatas los discursos que se reproducen en los diversos medios masivos de comunicación. Eso incluye, por desgracia, a todos los niños y adolescentes cuyos tutores no les orientan respecto a los mensajes que reciben a través de dichos medios. Y desde ahí gran parte de la batalla está perdida de antemano.

No obstante, el único camino que queda es la rebeldía contra un sistema que nos arrastra hacia la dirección opuesta. El acto de rebeldía que yo les propongo es ir a una librería de inmediato y comprar el libro que ustedes quieran.

Créanme, sea el libro que sea, después de haber leído, aunque el libro les haya gustado o no, su mente no será la misma. La clave está en repetir este proceso cuantas veces sea necesario, para que la literatura misma nos lleve de la mano y nos enamore con sus versos, sus relatos y sus secretos. Cuando eso suceda, algo dentro de nosotros habrá cambiado.

¿Quién es María Alejandra Guzmán?

¿Cuánto te gustó este artículo?

Califícalo.

0 / 5. 0


2 Respuestas a "Un país de lectores: ¿sueño imposible? (II)"

  1. Lybny dice:

    Hola Ma. Alejandra, estoy leyendo tu columna y comparto casi la mayor parte de lo que escribes. Sabes, yo quise tratar el tema del IVA «0» para los libros en Guatemala y en la facultad no les interesó. Solo Chile y Guatemala tienen este gravamen al libro en Latinoamérica.
    Adelante con tus columnas!!! Lybny 🙂

    1. María Alejandra Guzmán dice:

      Muchas gracias por sus comentarios. Saludos.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

desplazarse a la parte superior