Ali Ahmad Said Esber: Adonis o Adunis


Eynard_ Perfil Casi literal…continúa, como todos los poetas, siendo un niño, porque si dejara de serlo entonces moriría.

Ali Ahmad, seguramente el poeta árabe vivo más reconocido en todo el mundo además de ejercer el oficio de ensayista, traductor, crítico literario, historiador, periodista, editor y contador de historias. Nació en Al Qassabin, Siria, en 1930 y sin conocer el día exacto «porque en aquella época las fechas no eran importantes sino más bien los acontecimientos», aunque le gusta celebrarlo el 31 de diciembre, en conmemoración a la renovación característica de su nombre adoptivo.

Adonis es proveniente de una familia campesina, pobre y alauí o nusairíes, una rama del islam chiita que siguen los doce imanes de Ahlul Bait, descendientes del profeta Mahoma y, por lo tanto, que se rige por los cinco principios del islam (unicidad de Alá, justicia divina, la profecía, el imamato y la creencia en el más allá), así como por los cinco pilares del islam (el testimonio de fe, las cinco oraciones diarias, el pago del azaque, el ayuno en el mes de Ramadán y la peregrinación a La Meca). A pesar de esto, Adonis aclara que en su casa, de niño, la ley estaba pero existía la comprensión y el respeto individual…, su padre era conocedor de la cultura clásica, le recitaba poesías que su hijo memorizaba y le decía al niño poeta: «Decidir, hijo mío, es fácil. Todo lo que quiero de ti es que pienses bien, que vuelvas a pensar bien y que luego decidas».

Y de repente vino el inesperado milagro del poder, «un accidente mágico»: cuando tenía 13 años, el presidente Shukri al-Kuwatli estaba de gira por el norte del país, cerca de donde vivía Adonis, que aprovechó la oportunidad para acercársele y recitarle un poema dedicado a la cosecha. A esto, el presidente Shukri lo recompensó otorgándole lo que quisiera, a lo que el joven poeta contestó con ingresar al liceo francés de su región, por lo cual más tarde ingresó a la Universidad de Damasco para estudiar Filosofía.

Más tarde estuvo preso en Siria debido a opiniones progresistas y se exilió en Beirut, Líbano, país del cual se nacionalizó a pesar de que siempre se ha sentido cercano a Siria, el «país [que] inventó el alfabeto, descubrió mares y océanos con los fenicios, [que] ha influenciado el mundo entero». Pero a pesar de su nacionalización libanesa también tuvo que exiliarse de ese país debido al horror de su guerra civil, por lo cual recayó en Francia. El poeta dice que nació tres veces: en Al Qassabin, en Beirut y en París, el eterno exiliado: «los creadores son, entonces, dobles exiliados por naturaleza. No solamente sus trabajos no son originados por la exigencia, sino que lo singular de sus expresiones les exilia del resto del mundo, al que ellos buscan conectarse a través de sus obras».

Por otro lado, según dicen, después de su encarcelamiento en Siria, Adonis se acercó al panarabismo (ideología política que dice que todos los pueblos árabes de Asia y África deben conformar una sola nación), y a partir de ese momento continuó su carrera dedicada exclusivamente a la poesía y a la academia como profesor e investigador en distintas universidades.

Adonis, como genial poeta, es un irreverente después de todo, desde la tradición clásica del lenguaje árabe hasta su sentir íntimo, creador y filosófico del quehacer poético, es decir, la creación pura y plena que se desenvuelve con total libertad para crear su propio lenguaje, su propia lengua, que se transgrede a sí misma y a su manera de expresar su pensamiento y su vida. Sin embargo, de vez en cuando confiesa que no le gusta leer novelas: «se me hace muy pesado, me da pereza. Nunca puedo leerlas en orden, ni creo que deba hacerlo. (…) Se me hace el recurso literario más flojo, por eso no me caen tan bien los novelistas». En fin, cada quien en lo suyo, cada quien con lo suyo…

«¿Qué obtiene usted de la poesía?», se le preguntó una vez, y contestó: «lo mismo que se obtiene de un amor: la plenitud que lleva hacia el infinito, la apertura, la diversidad en igualdad y libertad».

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