Cuentos de Navidad


El espíritu navideño es una cosa divertida (o al menos interesante). Todo el mundo tiene una idea del significado de la Navidad, de lo que implica tener el elusivo espíritu navideño y de la forma en la que deberíamos comportarnos durante las fiestas. Pero la pregunta es: ¿de dónde vienen esas ideas?

En mi caso, el culpable principal es Charles Dickens. Un cuento de Navidad ha sido una tradición navideña personal desde que tengo uso de razón. El pequeño Tim, Bob Cratchit y el Señor Scrooge me enseñaron, hace ya muchos años, lo que significan estas fiestas.

La versión de los Picapiedras, los Supersónicos y cuanta otra cómica existía cuando era niña desfilaron sus fantasmas de la Navidad pasada, presente y futura antes que el libro de Dickens cayera en mis manos.

Dickens y yo tenemos problemas. O quizás es más justo decir que teníamos problemas  (nuestra relación ha mejorado exponencialmente con los años). Nuestros problemas comienzan y terminan con Historia de dos ciudades, el libro que más me ha costado leer en la vida. Como soy necia y cabezota, pase años huyéndole al resto de sus libros, no vaya a ser que me aburrieran tanto como este tratado sobre la miseria en tiempos de la Revolución Francesa. Todo cambió, sin embargo, cuando el aburrimiento finalmente me hizo darle una oportunidad a Un cuento de Navidad.

En la vida de todos hay libros que dejan huella, y cuando esto ocurre, es hora de leer más, muchísimo más. Todos los años, sin falta, al comenzar diciembre, saco de algún recóndito lugar de mi casa o mi computadora una copia de Un cuento de Navidad. Leerlo me pone instantáneamente en el espíritu correcto, en el de ser buena gente, apreciar la música de Navidad que las tiendas ponen a todas horas y sonreír a extraños más que de costumbre. Es Navidad, después de todo.

El espíritu navideño es una cosa divertida. O al menos, una cosa interesante. Todo el mundo lo saca de algún lugar diferente (ya sea literario, televisivo o cinematográfico), pero todos, invariablemente, todos lo sacamos de algún lado.

¿Quién es Lissete E. Lanuza Sáenz?

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