Guatemala desinformada


Leonel González De León_ Perfil Casi literalEn estos días confirmé lo que desde hace tiempo venía escuchando en boca de varios vecinos: elPeriódico no se vende más en la Antigua Guatemala. Yo, como suscriptor desde hace varios años, no he dejado de recibirlo, pero ante el rumor quise saber qué sucedía. Una mañana de la semana pasada aproveché mi rutina de trote y después de cumplir el circuito de montañas en la periferia de la ciudad volví al Centro en busca de los mayores puestos de venta de diarios: la ermita de Santa Lucía en el extremo sur de la alameda del mismo nombre, el Portal de las Panaderas frente al parque central y la plazuela de La Merced. Me detuve en los tres para preguntar si se vendía elPeriódico y la respuesta negativa en los tres puestos. Haciéndome el sorprendido indagué un poco más. 

En el primer punto, la mujer encargada fue escueta para decir que no tenía idea de qué pasaba, como quien no sabe o no quiere comprometerse. Continué, ya no corriendo sino caminando de prisa sobre las aceras sur y oriente, que proyectan la sombra del primer sol de la mañana. En el segundo punto la mujer amplió al afirmar que fue por orden de la esposa de un diputado, quien, indignada por lo que se dice de su marido y de otros diputados mandó a suspender la distribución. La tercera, quizás por ser la más joven, fue la más abierta para contarme, sin ahorrar detalles, que el dueño del diario había huido del país llevándose el dinero y provocando la quiebra de la empresa. Esta última agregó que el diario circularía hasta fin de año para cumplir con los suscriptores y que luego cerraría definitivamente. Por otro lado, lectores habituales de elPeriódico fuera del país me han dicho que no pueden abrir los vínculos hacia la versión electrónica, tanto en España como en Estados Unidos, Canadá, Costa Rica, Colombia y Uruguay.

Un amigo que trabaja en el medio me dijo que todo tiene que ver con un conflicto con la distribución de los ejemplares. Me decía que elPeriódico no tiene red propia, que deben hacer las entregas al interior del país apoyándose en la estructura de los diarios de mayor circulación y que, por ahora, solo podrá adquirirse en algunas tiendas y gasolineras de la ciudad de Guatemala. Sucede algo parecido con La Hora, el vespertino que existe desde hace décadas como foco de disensión permanente pero que, por desgracia, no llega al interior del país, y se dice que dentro de poco este tampoco se venderá más en las calles y que solo llegará a suscriptores en los barrios viejos del centro de la capital.

La dificultad para encontrar información divergente de la línea del gobierno siempre ha existido aquí; se ve en radio, en televisión y sobre todo en prensa —a pesar de la supuesta «mayor accesibilidad» que poseen los medios digitales—. Fuera de la capital del país, elPeriódico solo podía encontrarse en la Antigua Guatemala, en la parada de buses de Chimaltenango sobre la ruta Interamericana y en el parque central de Quetzaltenango. Más allá, es (o era) imposible conseguir un ejemplar. Tampoco se pueden ver noticieros neutrales en televisión abierta ya que se difunde una cantaleta pro-impunidad gubernamental y las televisoras insisten en generar zozobra en la población con un discurso de balas, sangre y desnutrición infantil.

El talón de hierro, la cortina de plomo —o como quiera llamársele a esta mordaza que no aprieta solo la boca sino también los ojos y la respiración— ya no es una amenaza sino una realidad que va empoderándose a nuestro alrededor, afín al ritmo de tambores militares y disfrazada con chaquetas de cuero con charretera. No quiero ahondar en temas que no domino, pero recordemos que, a menos medios, más desinformación y más involución como sociedad. ¿Cuánto más vamos a seguir transitando hacia la Edad Media?

¿Quién es Leonel González De León?

 

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