El Bartleby de Vila Matas


Linda María Ordóñez_ Perfil Casi literalLeí Bartleby y compañía cuando fui estudiante de la facultad de filología en la Universidad de Barcelona. Llegó a mis manos por recomendación de mi maestra de literatura española y descubrí una obra narrativa con características descriptivas de la novela y el ensayo. Esta obra del barcelonés Enrique Vila-Matas me sumergió en el mundo de Bartleby, el escribiente, relato de Herman Melville, y encontré un sinnúmero de contrastes con situaciones ficticias y reales de escritores y personajes de la literatura universal.

El Bartleby de Melville es un personaje solitario y de apariencia respetable descrito en un inicio como un empleado modelo, condición que de un momento a otro se ve afectada cuando decide negarse a cualquier petición de parte de su jefe, utilizando como respuesta «Preferiría no hacerlo»; sin embargo, continúa realizando su labor de escribiente de manera responsable hasta que un día decide negarse también a escribir. Termina siendo despedido y a raíz de este y otros acontecimientos es enviado a la cárcel, donde fallece. Al final de la obra el narrador nos cuenta una posible causa del comportamiento de Bartleby y nos relata la experiencia que sufrió al ser despedido abruptamente de su trabajo anterior, donde también fungía como escribiente, lo que talvez pudo ser un causal de esa soledad y negación que lo acompaña.

Por su parte, la narración de Bartleby y compañía está a cargo de la voz de Marcelo, quien también padece del síndrome de Bartleby y a su vez nos introduce en el mundo de los Bartlebys que ha encontrado en el camino de la literatura. Personajes reales tales como Juan Rulfo, Franz Kafka, Rimbaud, Robert Walser, Herman Melville, Henry Roth y B. Traven, entre otros, así como personajes ficticios que han sido creados en obras literarias como el caso de Paranoico Pérez, Gregorio Samsa o Wakefield.

Encontré muchos rasgos de la narrativa bartlebyana en esta obra de Vila Matas y el caso 48 llamó toda mi atención porque trata justamente sobre Wakefield, personaje ficticio creado por el escritor Nathaniel Hawthorne a quien también nos presenta como un Bartleby. Wakefield es la historia de un hombre que decide retirarse de su vida cotidiana y alejarse de su familia y conocidos, condición que hace creer a todos que ha muerto. Esta es una característica de los bartlebys: el aislamiento voluntario del mundo para vivir un autoexilio, el abandono de su vida laboral y familiar en contraste a la literatura, como fue el caso de muchos escritores en la historia o como sucedió con Bartleby en el relato de Melville.

Más adelante el autor nos habla sobre personajes kafkianos, quienes también están nutridos de características bartlebyanas tales como la soledad, la desaparición voluntaria o el trabajo de oficina como su única forma de vida.

Marcelo, narrador de la obra, comenta que Hawthorne y Melville son quienes fundaron el arte del no, característica de la negación que persiste en los bartlebyanos. En el caso de Hawthorne lo relaciona con su negación hacia algunos aspectos del puritanismo, así como la negación hacia una vida religiosa que, sin embargo, gusta de observar a través de la ventana de una habitación en la cual vive su encierro.

De la misma forma, Vila Matas aborda el caso de Melville cuando nos comenta que es posible que también padeciera del síndrome antes de crear el personaje de Bartleby: «Melville tuvo el síndrome antes de que su personaje existiera, lo que podría llevarnos a pensar que talvez creó a Bartleby para descubrir su propio síndrome».

Otro rasgo bartlebyano narrado e importante de considerar es el fracaso literario en el que se ven involucrados muchos de los personajes citados en la obra de Vila Matas; tal es el caso de Melville, quien murió en el olvido y pasó los últimos años de su vida como oficinista en un despacho en la ciudad de Nueva York y cuya historia de vida tiene similitud con la de Franz Kafka.

Después de leer, disfrutar y reflexionar un poco sobre Bartleby y compañía han venido a mi memoria una considerable lista de Bartlebys que he conocido o he tenido la oportunidad de leer y estudiar. Este libro me ha mostrado el revés de la historia, el triste laberinto del no y ese dolor que ha quedado en muchos espíritus cuando sus letras se marchitan y la palabra ya no fluye.

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