Bienaventurados los que con firme convicción alcen por sobre sus pupilas los estandartes de la libertad y hagan, de una marcha cualquiera, un acto patriótico; pero lo cierto es que el patriotismo es como una feria que viene por ratos y luego se va para regresar hasta el otro septiembre.
José Cecilio del Valle desearía haber visto a todos esos jóvenes perfectamente uniformados, rindiendo honores a los países cuya independencia ocurrió el 15 de septiembre de 1821 en la Ciudad de Guatemala con la firma de un acta que él mismo redactó. Lo que no muchos saben es que ese documento de 18 artículos (que puede ser encontrado fácilmente en Wikipedia) no dice casi anda sobre la estructura del nuevo Estado y, para colmo, dicha «independencia» fue solo la antesala de la anexión a México (sí, desde Guatemala hasta Costa Rica pasó a ser territorio mexicano).
Fue entonces el 1 de julio de 1823 cuando nacieron las Provincias Unidas de Centro América, mismas que un año más tarde serían una federación. Aquella nación murió cuando el pecho de Francisco Morarán fue perforado luego de la traición de un amigo, hecho que debió dolerle más que las mismas balas. Tampoco es muy conocido que el primer presidente de la Federación Centroamericana debió ser José Cecilio del Valle y no Manuel José de Arce. Vemos entonces que en las primeras elecciones de nuestra historia se llevó a cabo el primer fraude electoral. Porque aquí somos corruptos desde el origen.
Pero todo esto se diluye ante la inmensidad de años que el porvenir les aguardaba a estos países, y ahora, en cada septiembre, las calles de El Salvador se llenan de banderas y el escudo nacional sale a relucir en cada establecimiento. En las escuelas se conmemora ese 15 de septiembre de hace ya casi dos siglos, pero, ¿qué significan esos colores y esas banderas que se apoderan de las plazas? Esa pregunta se la hice a dos amigos, y esto me respondieron: «Como guanacos recordamos ese gran hecho histórico que nos llena de libertad y esperanza. Compartimos, cantamos y recitamos con orgullo nuestro mes patrio», «Cantamos llenos de orgullo, cada escuela y cada colegio se llena de azul y blanco». Yo, en cambio, defiendo que el nacionalismo es absurdo porque uno nació acá por el azar y el azar no debe conmemorarse, muchos menos celebrarse; pero empiezo a creer que ellos tienen razón y yo simplemente soy un amargado.
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