El mundo con lo que acontece, acontecerá y aconteció


Eynard_ Perfil Casi literal

Son tiempos de crisis y, como todos sabemos, el tiempo apremia porque en este cruento sistema la vida misma nos apremia y así es como nos movilizamos, nos apresuramos, cambiamos continuamente en nuestros pareceres, en nuestros caracteres, en las percepciones continuas de nuestra realidad, día a día y segundo a segundo. Sabato dice que estamos en constante crisis como seres humanos, como sociedad y como en un permanente devenir de nosotros mismos frente a la naturaleza que devoramos ininterrumpidamente desde el siglo XIX. He ahí, entre muchas cosas, como por ejemplo circunstancias políticas, económicas, etcétera; que se viene el surgimiento de la novela moderna entre todas las modernidades (después de la modernidad quijotesca, claro), así como el establecimiento de esta misma: una aglomeración de palabras que fluyen a través de un hilo secuencial-argumental-actuancial-conductor que se interrelacionan en una enorme narratividad.

Nosotros como sociedad guatemalteca creo que vivimos en permanente crisis, o a lo mejor tuvimos un pequeño espacio para respirar que duró diez años, tan poco tiempo como para darnos cuenta que ahora sí podíamos respirar más tranquilos y por grandes bocanadas de aire, pero luego la hecatombe cayó sobre nuestras cabezas nuevamente y ahora, en este instante, después de sesenta años del renacer de nuestra desgracia parece que estamos llegando a una situación extraña porque por ratos se cree que esto es el pináculo de la constancia de la maldición de la tiranía eterna, y al mismo tiempo, una especie de situación que se encuentra medida por tiempos de tensión y distensión aleatoria e inesperada.

La crisis está ahí solita, casi eclosionada al azar, y nosotros somos seres que orbitamos alrededor de ella porque tiene vida propia, sus propios tiempos aquí, ayer o hace mil años. A veces da esa impresión. Otras veces parece que nosotros somos los causantes, actores protagonistas y principales y secundarios y de reparto y aquellos quienes debemos solucionar el lío en el que estamos embrollados desde hace tanto. A veces da esa impresión también.

Los mundos que están a la vista y los que no, los universos existentes e inexistentes, todos con sus vientos a favor y en contra, con sus océanos inmensos o inmensamente pequeños, quién sabe. Cada una de estas pequeñas y grandes cosas, el matiz que nosotros le damos sin obviar la concreción de cada hecho bueno, malo, nefasto, intrascendente o más o menos. Se está presente o indiferente en cualquier lucha que sea, que exista, que se mueva, que fluya y en donde se resista porque hay miles de miles de millones a lo largo de nuestro tiempo de vida y de muerte; y la revolución, si escogemos la presencia claro, siempre estará latente.

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