El mundo y Juegos de equilibrio de Gustavo Maldonado


Eynard_ Perfil Casi literal

—Puta, si yo la quiero, mano.

—Jajajaja.

—Y ella también me quiere, ¿me entendés?

—Puta, va, está bueno, pero nadie quiere a nadie, mano.

Según veo ya se escribió sobre este mismo cortometraje, de Gustavo Maldonado, por cierto, pero aquí vamos de nuevo.

Vemos 23 minutos con tres y terminamos como prácticamente empezamos: la condición humana es un juego de equilibrio a secas, un equilibrio que debemos aprender a jugar para llegar a comprender cómo se movilizan cada uno con cada quien, cada sujeto  con su objeto del deseo y cada objeto del deseo con su objeto porque aquí todos cuentan para no caer al abismo, para no terminar en un incendio total para que se carbonice toda esperanza, toda ilusión, todo momento y ese abismo se nos haga familiar cuando lo vemos de frente con la tentación inevitable después de que todo lo que concebíamos se nos esfuma por completo y en donde solo nos deja el recuerdo como cicatriz indeleble y eterna.

Las escenas aparecen, es cierto, la realidad aparece, también es cierto. Es Guatemala, es la capital, son sus callejones turbios con sus calles turbias y la noche escondida mucho más turbia. Se puede escapar directamente de ella, creo, pero permanecerá ahí acechándonos durante nuestra vida completa, minuto a minuto y segundo a segundo por el mismo hecho de estar ahí y de nosotros por nacer aquí, cerca o lejos, como digo, directamente podemos escapar pero siempre la tendremos atrás de nosotros, a la capital, indirectamente nos está apuntando con el halo de luz y de sombra bajo nuestras cabezas, según nuestra suerte, el azar, el destino: “sin norte, / sin oeste, sin este, / y extraviado del sur…”

Juegos de equilibrio creo que va más allá de las circunstancias de comprar un zapato y después buscarse el otro por ahí, creo que va más allá de vender coca y repartirse la plata, creo que va más allá del clásico melodrama en que me quiere o no me quiere, el engaño amoroso, si es que lo era claro, y el vacío ante la decepción, la pobreza, las cosas que no funcionan. Creo que va hacia una trascendentalidad en donde la vida se nos arrejunta para sobrevivir, es cierto, el apego por lo inevitable y creer en la eternidad de la dependencia pero luego nos encontramos con la cuerda floja y las incertezas que vienen de pronto, de acuerdo con los acontecimientos: “Las certezas no tardan en desaparecer” y el juego de las traiciones ante la confianza o, más bien, lo que creemos que es confianza porque nosotros confiamos ciegamente. A través de la infidelidad el mundo se nos nubla porque el colchón, ese marco en donde caminábamos sin doblarnos los pies, se nos hunde cada vez que queremos dar un paso firme porque todo lo que creíamos se esfumó y ya en nadie se puede confiar: el marido, la esposa, la novia, el novio, los amigos, etc. Todos son una incerteza total y hacia dónde nos podemos dirigir en la vida entonces si estamos solos, nosotros, los animales que necesitamos de la total interacción con otro ser humano para confabular con esta sociedad y continuar con la civilización y también nosotros, los animales naturalmente políticos que, del mismo modo, necesitamos contacto cercano y sincero con el que se encuentra a nuestra derecha como el Hijo del Padre y la izquierda como cualquier ladroncito de buen corazón –si no estoy mal–, cosa que no sucede desde que el hombre es hombre obviamente. Esto me lleva entonces a preguntarme a qué jodidos estamos jugando en estos juegos de equilibrio entonces desde el principio de los principios porque llevamos más de cuatro mil años tratando de confiar en cada uno de nosotros pero es imposible el juego porque la trampa está a la vuelta de la esquina. Me encuentro de repente con esto que dice Martin Krause:

La teoría de los juegos intenta estudiar las acciones humanas en sociedad, esto es, cuando existe interdependencia y tanto las acciones que se realicen como los resultados que se obtengan dependen de las acciones de otros. Por esta razón se la asocia normalmente con la estrategia, tratando de determinar cuáles son las acciones que los “jugadores” seguirían para asegurarse los mejores resultados posibles. Las acciones que la teoría de los juegos analiza son distintas a aquellas que los individuos pueden tomar por sí mismos sin que el resultado dependa de las acciones de otros.

Por momentos aquí se habla de comunidad y por otros momentos de individualidad pero el problema sigue siendo el mismo porque vivimos en una macrosociedad que ojo que no es lo mismo a una comunidad. Entonces qué hacemos cuando “los resultados que se obtengan dependen de las acciones de otros”, es decir que va más allá de nuestras manos como casi siempre sucede con todo lo que acontece en nuestra hermosa vida porque

Es cierto, estar aquí es como caminar permanentemente sobre la cuerda floja. A veces sentís que te caés, a veces tenés la ilusión de que todo va bien y raj, ahí mismo te cae la traición para abrirte los ojos. Un juego de traiciones, un juego de puro equilibrio la condición humana.

“¡Vivo vivo”, nos dicen en los buses de la capital y la verdad es que no he escuchado mejor consejo para sobrevivir en este mundo despiadado.

(Por cierto, hay unas tomas increíblemente geniales).

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