Sobre filantropía, arte y coherencia de vida


María Alejandra Guzmán_ Perfil Casi literalPalabras como “ayuda,  “beneficencia” y términos similares han cobrado en nuestra sociedad diversas connotaciones. Muchas veces asociamos “ayuda” con brindar apoyo material al necesitado, “social” con ciertas corrientes políticas y “beneficencia” con instituciones sin fines de lucro. Sin embargo, vincular dichos conceptos únicamente a las connotaciones anteriormente mencionadas es reducir y denigrar la verdadera filantropía, la cual consiste en una empatía ante la adversidad ajena que nos impulsa a brindar apoyo a esas personas en un momento determinado.

Es preciso desvincular el concepto de “ayudar” de la idea de proporcionar apoyo financiero y/o material. No estoy diciendo que nunca debamos brindar ese tipo de ayuda, pero sí debemos tener claro que dar soporte financiero no es sinónimo de ser generoso en todos los casos.

Por ejemplo; la mayoría de empresas grandes, tanto nacionales como extranjeras, realizan donativos millonarios a diversas oenegés, o bien, fundan sus propias organizaciones no lucrativas, pero detrás de esa máscara de caridad hay evasión de impuestos (que en realidad, tampoco son utilizados como es debido, pero dejaré ese tema para otra oportunidad) y a pesar de ello, dichas compañías figuran ante la imagen pública como “empresas socialmente responsables”.

Asimismo, en Guatemala cualquier entidad benéfica está exenta de fiscalización, lo cual dificulta la posibilidad de saber si las donaciones llegan a donde deben llegar. Por supuesto, usando un poco de sentido común podríamos saber si dichas organizaciones realmente se interesan por el bienestar colectivo  o si su pretensión es obtener ganancias a costa de sostener la bandera de la falsa generosidad.

Por esta y otras tantas razones es preciso borrar del imaginario colectivo la creencia que “ayudar” se refiere a brindar dinero. Es más, también es necesario eliminar por completo la idea que  caridad es vaciar nuestro ropero o la despensa de la cocina con aquello que sobra para luego llevarlo a un albergue o un lugar similar. Regalar sobrantes y luego presumir altruismo solo denota cuán pobre y superficial es nuestro sentido de ayuda.

Generosidad verdadera es ponernos en los zapatos de los demás para poder discernir qué necesitan realmente en lugar de dar aquello que creemos que es útil pero  en realidad solamente podría estorbar. Es bueno apoyar a los demás para que puedan resolver sus necesidades inmediatas, pero esto no es lo único ni lo mejor que podemos hacer por otros.

Es importante mencionar que hace unos días, el escritor guatemalteco Javier Payeras fundó una biblioteca para los niños que estudian en la escuela cercana al Relleno Sanitario de la zona 3, ubicado en la Ciudad de Guatemala. Esta iniciativa ilustra muy bien la idea de una filantropía que va un paso más allá de las necesidades inmediatas de las personas, brindando apoyo para que la gente por sí misma descubra sus propias potencialidades y capacidades para salir adelante.

Desde luego, la lectura cumple ese objetivo. Gracias a iniciativas de esta índole, muchos estudiantes tienen la posibilidad de acceder al mundo de la literatura y de esa manera la oportunidad de desarrollar su potencial creativo y su juicio crítico. Por ello considero sumamente urgente que todos los que nos autodenominamos “amigos de la literatura, el arte, la educación y la cultura” seamos coherentes con nuestro discurso y apoyemos a otras personas menos afortunadas a acceder a este mundo capaz de cambiar las perspectivas de cualquier ser humano.

Un proverbio reza: “Si le das a un niño un pescado, comerá un día. Si le enseñas a pescar, comerá toda la vida”. En este orden de ideas, mi propuesta para ayudar a otros no es comprar millones de pescados y alimentar al mundo, sino dar herramientas para enseñar a pescar, pues ese aprendizaje le dará los insumos necesarios a cualquier individuo para ser sostenible por sí mismo a lo largo de su existencia.

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2 Respuestas a "Sobre filantropía, arte y coherencia de vida"

  1. Gracias por este buen texto. Estoy de cuerdo contigo, ayudar a los demás es detectar y suplir necesidades para que las personas no vivan lo mismo 2 veces.

    Un saludo y gracias por hacerme pensar.

    1. María Alejandra Guzmán dice:

      Gracias a usted por enriquecer este espacio con sus comentarios. Un fraternal saludo.

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