El innecesario arte de sobreanalizar


Darío Jovel_ Perfil Casi literalSigmund Freud, padre del psicoanálisis, creció en un hogar donde desde sus primeros días convivió con el olor del tabaco. En su adultez aquel viejo recuerdo de su infancia se había vuelto un vicio y casi una muestra de su personalidad. Se dice que en unas de sus conferencias alguien le preguntó si podía hacerse un símil entre los cigarros y los objetos fálicos. Ante tal cuestión, Freud respondió: «A veces un cigarro es solo un cigarro».

Lea esto: «Sobre el techo de la casa de la abuela descasa una pequeña familia de pájaros. Cada mañana ella debe subir las escaleras, prepararles comida y limpiar con sumo cuidado hasta el último rincón del techo. Todo lo anterior para que la familia de pájaros viva y cante sin preocuparse de nada más».

¿Qué significan esas palabras? ¿Acaso es un discurso de clases? Puede ser. A lo mejor es una denuncia social, una representación de cómo un grupo de desfavorecidos debe hacer todo el trabajo para que unos privilegiados se dediquen a vivir bien. También puede ser una metáfora sobre los sueños, sobre ser artista y los sacrificios de una vida entera por lograr una meta imposible.

O quizá solo sea una señora que le da de comer a unos pájaros y ya.

A veces las películas, libros, series y hasta las vallas publicitarias son víctimas de aquellos que en cualquier cosa desean encontrar el significado de la vida. Pero a veces esa frase que se escucha tan poética está ahí simplemente porque sonaba bien y nada más. Pueda ser que esa imagen tan vanguardista sea fruto de una mala cámara. Parece que se nos olvida que la publicidad es solo eso: publicidad. Detrás de ella lo que hay es un grupo de personas que discuten qué decir —y cómo decirlo— hacer para vender más.

Quizá haya obras a las que no les encontramos ese significado tan profundo porque simplemente no lo tienen; pero que ese libro, película o afiche no sea un parteaguas filosófico no significa que sea malo.

Querer verle las cinco patas al gato es divertido, eso no lo niego; y querer sobreanalizar todo tampoco es algo que deba verse con malos ojos: a veces el ejercicio puede arrojar resultados interesantes. Sin embargo, es necesario saber que, si no encuentra nada, pueda que se deba a que no hay nada que encontrar.

Una historia, principio o idea simple puede dar pie a una obra maestra, a una película fabulosa o a una campaña de mercadeo exitosa: Memorias de mis putas tristes, En busca de la felicidad o las campañas de Coca-Cola son un ejemplo de ello.

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