La vida de Lucila


Vivian Mayén_ Perfil Casi literal

Lucila de María Godoy Alcayaga tenía como refugio la poesía. No conocía otra forma para expresar su realidad. La palabra poética le da el poder para pelear por el derecho a la educación de las mujeres de su país y fungir como vocera en varios países. Los libros se convierten en mundos que la llevan a vivir la poesía de diferentes autores. Bernardo Ossandón, periodista chileno, la invita a servirse de su biblioteca donde conoce a Gabriele D’Annunzio y Frédéric Mistral, sus poetas favoritos. De ahí su pseudónimo: Gabriela Mistral.

Como escritora, fue una de las mejores representantes que Latinoamérica ha tenido. Gran mujer y educadora. No sé si se proclamó feminista, pero su trabajo deja claro que su meta era la igualdad de derechos para hombres y mujeres. Nació el 7 de abril de 1889 en Chile y ya en 1908 se desempeña como maestra. Sin embargo, su pasión por la escritura empieza desde muy pequeña. A los 13 años ya había escrito sus primeros versos.

Sus escritos fueron publicados en diferentes periódicos de Chile, pero no es sino hasta 1914, con los Sonetos de la muerte, con los que obtuvo la más alta distinción en  los Juegos Florales —Un certamen literario de mucho prestigio que se llevaba a cabo anualmente en Santiago de Chile—. Los Sonetos de la muerte representan una nueva etapa en la vida de Mistral, no obstante, su poesía es catalogada como pagana y con tintes socialistas, lo que le trajo algunos problemas en su trabajo como maestra.

En 1922 viaja a México con el fin de colaborar en la reforma educativa y abrir algunas bibliotecas. En ese mismo año se publica en Nueva York su libro Desolación, con el cual es reconocida internacionalmente y adquiere el título de una de las mejores escritoras de Latinoamérica. Esto le permite dictar conferencias en Estados Unidos, Latinoamérica y Europa. Sus siguientes publicaciones fueron Lectura para mujeres y Ternura en España (ambas publicadas en 1923), a las que seguirían muchas otras a lo largo de su vida.

No es sino hasta 1945, después de varios reconocimientos, cuando consigue el mayor galardón que un escritor puede obtener: el Premio Nobel de Literatura, convirtiéndose en la primera autora latinoamericana en obtenerlo y la única mujer hasta la fecha. Años después, en 1951, le otorgan el Premio Nacional de Literatura en su país.

Entre sus temáticas están la muerte, el amor y la naturaleza. Una mujer, escritora y educadora que se enfrentó a sus debilidades y fortalezas gracias a la poesía, pero también, desafió a las estructuras de la época, forjadas por una sociedad machista que abre pocos espacios para las poetisas.

En costa lejana

y en mar de Pasión,

dijimos adioses

sin decir adiós.

Y no fue verdad

la alucinación.

Ni tú la creíste

 ni la creo yo.

 

Fragmento de Adiós

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