Ilegal


Javier Payeras_ Perfil Casi literal_Ilegal lanzarse del puente del incienso. Ilegal fumar mientras se bebe café en un restaurante. Ilegal irse a Estados Unidos buscando ganarse la vida. Ilegal hablar contra la usura de los bancos. Ilegal manifestarse contra el gobierno. Ilegal ser delincuente activo. Ilegal ser delincuente rehabilitado. Ilegal llevar pasajeros en la moto. Ilegal el trabajo infantil. Ilegal el comercio sexual. Ilegal tener tatuajes. Ilegal comprar discos pirateados…

Entre lo legal y lo ilegal existen demasiadas palabras muertas.

En Guatemala tenemos una característica: nuestro delirio desborda nuestra realidad. Afectos a la improvisación, los guatemaltecos siempre podamos las ramas sin arrancar las raíces. Esos menesterosos y ridículos intentos de orden: una multa por no cargar puesto el cinturón de seguridad mientras que un autobús rebalsando de gente se pasa en rojo frente a los ojos del agente que nos sanciona; una cacería de evasores fiscales entre los pequeños establecimientos del Centro Histórico mientras que cientos de ventas informales ocupan las aceras; una sanción contra el dueño de un bar porque no tienen permiso para poner música mientras que docenas de empresas arrojan su basura en lagos, ríos, barrancos y mientras que transportistas (con subsidio estatal) sacan sus obsoletas máquinas de humo.

En este país los únicos ilegales son quienes tratan de cumplir la ley. Así creemos que la legalidad se impone tan solo con escribir leyes. Inventar prohibiciones y arrojarlas encima de la desigualdad e injusticia es una dinámica que nos lleva a la impunidad y al desgobierno. No se puede respetar algo que no ofrece ser ecuánime y ajustarse a todos por igual. Para lograr que este país sea un lugar «habitable» es necesario transformarlo a profundidad. Por desgracia, esto no se logrará mientras no se resuelvan los problemas detrás de algunos conceptos prohibidos: reforma, salarios, educación, igualdad ante la ley…

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1 Respuesta a "Ilegal"

  1. Javier, préstame tu hombro que yo te presto el mío… Así lloraremos juntos por nuestras patrias sangrantes.

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