Claridad y consistencia en el hecho artístico


LeoSeñor o señora, si usted es teatrista y vive del teatro, sepa que en nuestro mundo actual, el hecho de formar un público no es cuestión de educación, sino de marketing. En Centroamérica —y particularmente en mi país, Guatemala— la gente no acudirá al teatro en masas, por muy buena que sea su propuesta, hasta que el propio medio no genere un System Star. Ese System Star no lo van a formar las pequeñas productoras que sobreviven de su trabajo. En un sistema capitalista, lo crean los grandes capitales en consorcio con los medios de comunicación.

Cuando usted comienza a estudiar una carrera en artes escénicas o comienza a incursionar dentro de este oficio, es lo primero que debe saber para poner los pies sobre la tierra.

Usted tiene la posibilidad de volverse un negociante del arte o volverse un artista o ser las dos cosas a la vez. También tiene la posibilidad de volverse un activista social y usar el teatro para defender alguna causa o solo ser un artista, o ser las dos cosas a la vez. Tiene también la posibilidad de volver el teatro un medio didáctico o ser artista o las dos cosas a la vez. Pero lo que debe tener muy claro es que ni se va a volver famoso ni se va a volver millonario haciendo teatro.

Ahora bien, también debe tener claridad en algo: en cuanto más se interese por obtener fama o dinero, si es que tiene la suerte de llegar a tenerlos, corre el riesgo de alejarse más del sentido artístico de la profesión, porque comenzará a producir para satisfacer los gustos del público promedio, que generalmente tiene una formación mediocre y un sentido estético más cercano a lo vulgar.

Si el éxito llega a su puerta y de pronto comienza a salir en televisión y ve que su nombre resuena en los diarios, y los periodistas comienzan a correr detrás suya para que usted se pueda dignar a conceder una entrevista, ¡muchas felicidades por su éxito taquillero y comercial! Eso sí, le quedará cuestionarse si lo que hace es arte o es show. Le quedará cuestionarse si su «arte» se acomoda a satisfacer el vulgar gusto burgués y a perpetuar un sistema de consumo en donde el entretenimiento es una pieza clave para hacer que las personas sigan consumiendo fast show; o, si por el contrario, es la propuesta de un nuevo lenguaje que busca quebrar, o por lo menos rajar, los cimientos de las estructuras establecidas y, con ello, ser intransigente con las estructuras del sistema establecido.

Si se acomoda porque es lo que pide el negocio, seguramente usted hará una brillante carrera de comerciante (claro, si el dichoso System Star se establece) de las artes escénicas. Pero si su visión va más allá de satisfacer el gusto ramplón de un público y se esfuerza por crear propuestas que hagan tambalear el edificio humano y cultural que habitamos, quizá entonces comience a incursionar en los tortuosos caminos del arte, que por su carácter rebelde y subversivo, la mayoría de veces trae todo lo contrario a la fama, el dinero y el prestigio que talvez usted está esperando.

En todo caso, es responsabilidad suya tomar la decisión del camino que desea seguir. Lo importante es tomar uno y estar bien definido. Ninguno de estos caminos tendría porqué ser éticamente cuestionable, pero sí es necesario tener la claridad de saber lo que se hace para no engañar a nadie más, pero principalmente a usted mismo.

Lo mismo aplica para escritores, cineastas, músicos, artistas plásticos y demás estirpes. Ser famoso, popular y producir en serie no necesariamente significa ganarse el derecho de llamarse artista en el más profundo sentido de la palabra, así como tampoco lo garantiza la bohemia y la elucubración filosófica trasnochada.

[Foto de portada: Tuburi Mozes Janosi]

¿Quién es Leo De Soulas?

¿Cuánto te gustó este artículo?

Califícalo.

3 / 5. 2


Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

desplazarse a la parte superior