Una alternativa para hacer teatro en Un camino llamado teatro


LeoEl pasado 31 de julio, en la sede de la Asociación Artistas Trabajando ubicada en las instalaciones del Teatro de Bellas Artes, se llevó a cabo la presentación de la guía metodológica Un camino llamado teatro, bajo la coordinación de Margarita López Aguilar. Esta guía es la culminación del proyecto Guatemala Nunca Más, financiado por la Embajada Británica en Guatemala y cuyo trabajo de campo desarrollaron a lo largo de 2014, en conjunto con la Unión Nacional de Mujeres Guatemaltecas –Unamg. Este proyecto parte de la premisa de que cualquier persona, sin importar su condición o estatus social o sin importar su preparación académica en la disciplina, puede llegar a hacer teatro. Desde este punto de vista se convierte en una posibilidad para que el teatro llegue a las comunidades más diversas del país e, incluso, las más alejadas de los núcleos urbanos, pero no como espectáculo en el que se limiten a jugar el rol de público pasivo, sino más bien, ofreciendo herramientas para que de las mismas comunidades salgan las propuestas teatrales mediante las cuales puedan expresar y plantear los problemas sociales que los aquejan. El piloto desarrollado a lo largo del año pasado incluía el trabajo con mujeres lideresas q’eqchi’es, kaqchikeles y mestizas para prevenir la violencia sexual en sus comunidades.

La guía está fundamentada en los lineamientos propuestos por el director y pedagogo brasileño Augusto Boal en la sistematización teórica que hizo de sus experiencias teatrales, conocida como teatro del oprimido. En general, la estética del teatro del oprimido propone una serie de juegos y ejercicios que van conduciendo a los participantes (conocidos también como oprimidos, es decir, personas que no pueden obtener algo debido a la acción de otros) a la construcción de puestas en escena que los llevan a la reflexión de los problemas sociales significativos que viven. Pero más allá de la exposición de estos problemas, el teatro se constituye en una herramienta para la propuesta de soluciones que se generan en el desarrollo de la metodología. Entonces, como lo indica la misma Margarita López, más que hacer teatro con la intención de crear objetos estéticos, el interés principal radica en usarlo como un medio para concientizar a una determinada población de su posición en la lucha de clases (en este caso particular mujeres versus hombres) y para generar respuestas que satisfagan la adquisición de un nuevo estatus. De ahí que lo valioso de esta modalidad teatral sea la identificación con una causa social capaz de promover un cambio que impacte a una colectividad. Más que comprometerse con el arte mismo, se compromete con los resultados sociales que esta herramienta didáctica puede ofrecer.

Sin duda que un tipo de teatro de esta naturaleza puede tener muchos detractores y críticos, principalmente por parte de los estamentos más tradicionales de la sociedad, precisamente porque al buscar la promoción de un cambio, el teatro puede ser un instrumento demasiado peligroso para ciertos intereses. Por supuesto que en los tiempos que corren –donde estas propuestas encajan con los compromisos de los Acuerdos de Paz firmados en 1996–, es inconcebible que estas iniciativas sean atacadas de manera abierta y declarada; no obstante, eso no significa que se hayan creado otros mecanismos para hacerlas poco visibles y minimizar el impacto potencial que podrían generar. Los medios de comunicación cumplen un papel primordial en este proceso de minimización, pero como ya lo mencioné en otra columna, no solo ellos, sino otros agentes sociales se encargan de que permanezcan en un estado periférico y de marginalidad. Eso explica por qué el público en general no tiene noción alguna de este trabajo realizado en diversos sectores de la sociedad civil. Mas eso termina siendo harina de otro costal, que requeriría un análisis más profundo de las condiciones en que se produce arte dentro de la sociedad. Por el momento, solo queda recalcar sobre la existencia de esta valiosa guía metodológica que puede replicarse en una diversidad de grupos que buscan la reivindicación de sus derechos.

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