¿Quién apuesta por el cine costarricense?


Elizabeth Jiménez Núñez_ perfil Casi literalEl cine en Costa Rica inició un camino que no ha resultado fácil. El presupuesto del Ministerio de Cultura destinado a este arte no es mucho y, de hecho, creo que ha ido reduciéndose año con año. Además, hasta hace algunos años las películas producidas en Costa Rica no figuraban en las carteleras de los cines. Sin embargo, se dice que está en ciernes una ley para el tratamiento de esta área del mundo cultural.

Dos largometrajes costarricenses han sido mis preferidos: Por las plumas, de Neto Villalobos; y Violeta al fin, de Hilda Hidalgo; ambas se caracterizan por su buena historia y estructura narrativa. Sin embargo, en otras producciones que he visto últimamente he notado transiciones poco ingeniosas, guiones planos y diálogos muy simples. Hay directores que a veces también ejercen de actores principales y también de guionistas, todo en el mismo paquete. Siento que con tantas funciones a la vez terminan descuidando más de lo que deberían.

Pero ¿quién invierte en el trabajo de los directores de cine? Es cierto que las exigencias del mercado varían, pero hay que recalcar el papel que juegan las alianzas, la empresa privada y la madurez de saber delegar funciones.

Me gustaría ver en el cine costarricense una buena sátira, por ejemplo; o bien, un largometraje de ciencia ficción que me sostenga y me mantenga en vilo, una buena tragicomedia que me saque las lágrimas o simplemente planteamientos temáticos mucho más complejos que puedan exponer de mejor forma la identidad costarricense.

Ojalá en un futuro el cine costarricense pueda experimentar un poco más aún con el riesgo de ver a cambio algunas butacas vacías. Ojalá pueda abordar la crisis existencial a partir de un retrato muy costarricense o hablar de la violencia que escondemos debajo de la mesa. Sé que ha habido esfuerzos, pero todavía falta.

Cine con buenos diálogos para que los espectadores podamos dejar de lado la idílica comedia romántica o aquellas «comedias» que solo dejan en evidencia una falsa percepción de la idiosincrasia costarricense. Cine que también explore lo que disgusta, que mencione eso de lo que nadie habla y que todos callamos por comodidad. Cine sin más cierres abruptos ni finales predecibles.

El cine costarricense recientemente tuvo su primera nominación a un premio Goya y seguramente se hará cada vez más notable en el extranjero. Ojalá los cineastas costarricenses y todas las personas involucradas el cine local sean reconocidos por el Ministerio de Cultura.

¿Quién es Elizabeth Jiménez Núñez?

¿Cuánto te gustó este artículo?

Califícalo.

4.3 / 5. 6


Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

desplazarse a la parte superior