40 años del documental Nicaragua patria libre o morir


Karly Gaitán Morales_ perfil Casi literalNicaragua patria libre o morir ha sido considerado uno de los documentales más emblemáticos y significativos del proceso de la revolución popular sandinista en su etapa pre-triunfo. Gracias a esta película, el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), la guerrilla nicaragüense y la lucha del pueblo de Nicaragua de la década de 1970 lograron simpatía y apoyo logístico, económico y diplomático internacional. En gran manera, la producción de este filme y su distribución mundial por los televisores y pantallas de cine contribuyó en positivo al triunfo que se dio el 19 de julio de 1979.

El gobierno somocista sostenía una campaña internacional en la que mostraba a los guerrilleros sandinistas como insurrectos que deseaban sacar del poder a Anastasio Somoza Debayle incluso cuando había llegado a la presidencia por la vía democrática con elecciones libres, y además los acusaba de ser autores de atroces asesinatos, asaltos, secuestros, incendios, atentados y saqueos, todo en nombre del comunismo y del crimen organizado. Por esa razón el Frente Sandinista tuvo la urgencia de crear su propia campaña mediática buscando el dinero y la simpatía de los gobiernos democráticos del mundo, pues tanto fuera como dentro de Nicaragua recibían a cientos de jóvenes que cada día se presentaban con pechos henchidos de patriotismo a ofrendar su vida y ofrecerse como guerrilleros. Los campamentos no se daban abasto y de alguna forma había que evitar la desmoralización a las guerrillas que estaban en la línea de fuego y a la voluntad política continental.

Así fue como se ideó la producción de un documental que mostrara al mundo la cara de la lucha sandinista y del pueblo nicaragüense, y además, explicara paso a paso la historia política de Nicaragua en el siglo XX, poniendo en contexto la fundación del partido y de la insurrección.

Nicaragua patria libre o morir se filmó entre septiembre y octubre de 1978. Fue una producción de la compañía costarricense de cine Istmo Film con el cineasta, actor y teatrista Óscar Castillo como productor ejecutivo y los cineastas Antonio Yglesias y Víctor Vega en la dirección y realización.

Para su realización solo se preparó un pequeño equipo de filmación dado que se trataba de una misión peligrosa, pues habría que filmar en los campos de guerra en el frente sur ―que operaba en el territorio fronterizo al sur de Nicaragua y el norte de Costa Rica― así que iniciaron filmando en un campamento clandestino donde el guerrillero Edén Pastora ponía a disposición a un grupo de jóvenes que irían a combatir a las trincheras.

El archivo histórico visual que este documental ha ofrecido a la Historia es invaluable. En estos cuarenta años, decenas de documentales y reportajes ―tanto de cine como de televisión― han utilizado sus imágenes, algunos sin dar ni un solo crédito. Este filme fue el estandarte audiovisual de la insurrección y de la revolución popular sandinista durante muchos años. Se estrenó el 21 de febrero de 1979 de manera simultánea en Nueva York y Los Ángeles, California; y la fecha no fue programada por casualidad: ese día se conmemoraban 44 años de la muerte de Augusto C. Sandino. Por motivos de seguridad, esta película no pudo exhibirse en ningún país de América Central. En 1980 mereció la Medalla de Oro en el Festival Internacional de Cine de Moscú.

A lo largo del filme se puede ver el campo de entrenamiento bien organizado, la famosa misa campesina del padre y poeta Ernesto Cardenal en el frente sur, donde predica y habla a los guerrilleros sobre las causas revolucionarias de Jesús. También incluye entrevistas y filmaciones a guerrilleros que murieron muy poco después de ser filmados y que nunca fueron olvidados, como Iván Montenegro, el español Gaspar García Laviana y el comandante Germán Pomares Ordóñez “El Danto”; además aparecen otros jóvenes que luego murieron en los combates. En varias secuencias aparecen la guerrillera Nora Astorga y los comandantes Dora María Téllez, Víctor Tirado, Daniel Ortega Saavedra, Benedicto Meneses y José Esteban González, quien fuera el coordinador de la Comisión de Derechos Humanos en Nicaragua; además, algunos miembros de la Guardia Nacional capturados, quienes confiesan ante las cámaras los crímenes que habían cometido y explican cómo realizaban sus torturas.

El filme inicia con el plano general de un campo y un pelotón de guerrilleros formados con sus cañones y armas, todos reunidos con la Dirección Nacional del Frente Sandinista y el Estado Mayor del frente sur para celebrar el nombramiento oficial ante los medios de comunicación de Edén Pastora como jefe del Ejército Sandinista. Aparecen fotografías capturadas por Susan Meiselas, luego puede verse paso a paso el entrenamiento hasta que están listos para abandonar la finca e irse a la guerra. Se ocupan igualmente muchas imágenes de archivo cedidas por fotógrafos, cineastas y periodistas que se encontraban en diferentes sitios de Nicaragua y habían podido acceder a bombardeos, cateos y hasta conferencias de prensa con el dictador Anastasio Somoza Debayle.

Al final del filme se muestra la siguiente leyenda: «Los productores de esta película agradecen la valiosa colaboración técnica, artística y humana de las siguientes personas y entidades: Juan Guillermo Ríos, Leo Gabriel, Virgilio Caballero, Pedro Meyer, Christina Fischel, Ruth Castro, Luis Fuentes. Compañeros del GECU Panamá. A los miembros de los Comités de Solidaridad con el pueblo de Nicaragua de: Nueva York, México y Colombia. Y a tantos otros que se ven obligados a guardar el anonimato en esta lucha de liberación», y en los últimos minutos se reconoce a los «combatientes sandinistas caídos durante la producción de esta película», y mientras se muestran en pantalla durante su aparición en el filme, se intitula sus nombres (copio literalmente): «Compañero Freddy, comandante Gaspar García Laviana. Compañero Martín, compañero Gustavo Morales, José Francisco Gaitán Muñoz, compañero Marcos, Jorge Martínez Arauz y compañero Toño».

Una vez terminado el proceso de filmación, las cintas fueron llevadas a Nueva York para revelarse en Sandino Filmes Inc., la empresa productora de cine del puertorriqueño Diego de la Texera. Al regresar el material en San José se inició la edición a cargo de Antonio Yglesias ―que duró mes y medio en el estudio de Istmo Film― para luego enviarse nuevamente a Nueva York para que pudieran hacerle mejoras en la edición, efectos ópticos, mezcla de sonido, titulación y subtitulación, etcétera. El nicaragüense Johnny Henderson fue quien se encargó de este último proceso, quien años más tarde llegaría a ser el editor insigne del Instituto Nicaragüense de Cine (INCINE) en la década de 1980.

Terminada la postproducción se hicieron las copias y se llevó a cabo la distribución. Sus consecuencias positivas resultaron admirables y sorprendentes para todas las personas implicadas, para el Frente Sandinista y para el pueblo de Nicaragua, pues nadie llegó a imaginar el alcance que tuvo esta película ni cuánto influiría en el éxito de la Revolución Sandinista.

El canto a la vida y a la libertad que se pueden ver en los 75 minutos que dura la película han cobrado una significativa vigencia en la Nicaragua de hoy cuarenta años después.

[Foto de portada: archivo histórico de Antonio Yglesias].

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