El cine de Nicaragua ingresa en Ibermedia


Karly Gaitán Morales_ perfil Casi literalLa metáfora concentrada en una imagen de televisión de julio de 1969, cuando dos hombres caminaron por primera vez en la superficie de la Luna, se ha acompañado de la histórica frase del astronauta Neil Armstrong: “Es un pequeño paso para un hombre, pero un gran salto para la humanidad”. Esa sentencia se ha repetido en cientos de emprendimientos y en diferentes contextos, tanto en la vida de personas particulares como en el desarrollo de empresas; y por qué no: hasta en las decisiones de los distintos países.

Una situación similar ha vivido Nicaragua en los últimos días. La Cinemateca Nacional —institución autónoma y actual ente regulador del cine en Nicaragua como competencia directa del Poder Ejecutivo— en una conferencia de prensa celebrada en el Centro Nicaragüense de Enseñanza Audiovisual y Cinematográfica (CNEAC) el 12 de diciembre de 2017, dio la noticia de que Nicaragua se ha incorporado por fin al programa IBERMEDIA.

Desde entonces, la cinematografía nicaragüense celebra este gran paso que debería ser motivo de fiesta nacional, pero muchas veces los países, o más bien sus habitantes, no son capaces de dimensionar el valor de una simple firma con pluma fuente ni lo pletórico que puede ser un acto gubernamental como este.

El ingreso en IBERMEDIA es un paso que cambiará para siempre la historia del cine en Nicaragua. Hacer esto posible ha sido una trazada de gigante, un acontecimiento histórico que revolucionará este arte en el país.

Nicaragua pertenece a la Conferencia de Autoridades y Cinematografías de Iberoamérica (CAACI) y ha pertenecido al programa de CINERGIA, recibiendo apoyo para proyectos cinematográficos desde hace algunos años. Además, desde inicios de este siglo, sus producciones fílmicas han tenido la oportunidad de salir al exterior y recibir premiaciones internacionales, entre ellas las del festival ICARO. Por muchos años el país perteneció a la Federación Internacional de Archivos Fílmicos (FIAF) y en diciembre de 2009 se inauguró, luego de muchos años de espera un cuarto frío, una bóveda acondicionada y un laboratorio de restauración de filmes que se ubican en el Palacio Nacional de la Cultura. A esto se suma que hace pocos años funciona con éxito el Centro Nicaragüense de Enseñanza Audiovisual y Cinematográfica (CNEAC) y que en 2011 fue aprobada la Ley 723,  «Ley de Cinematografía y las Artes Audiovisuales», convirtiéndose así en el segundo país centroamericano con una ley de cine.  Asimismo, se creó un programa de apoyo a través de la Villa del Cine de Venezuela y se realizaron tres ediciones del programa DOC TV con los largometrajes documentales de Rebeca Arcia (Miskitu, 2014), José Wheelock (1,2,3 ¡A bailar!, 2016) y Florence Jaugey, cuyo filme se encuentra actualmente en producción.

Todos esos pasos han sido los legos que han ayudado a edificar la base, la preparación para ingresar a IBERMEDIA. Ha sido más de una década de espera y de demandas por parte de los cineastas, que requerían que el Estado de Nicaragua tomara esta iniciativa de forma enérgica para pagar la cuota única de ingreso y acceder al programa; pero hay luchas que no son en vano porque de gota en gota se colman los lagos.

Aunque el país pertenecía a estas redes internacionales, había permanecido aislado de todo ese universo de IBERMEDIA, cuyo programa brinda apoyo internacional a los países de América Latina que son miembro junto con España, Portugal e Italia. Este programa tiene por misión estimular la coproducción de filmes de ficción y documentales, desnacionalizar la cinematografía (en términos positivos), sacarla al mundo a través de una red regional y, en el caso de Nicaragua, traer capacitaciones, talleres, estandarizaciones y actualizaciones con las nuevas tecnologías del cine de primer nivel.

Hasta ahora, IBERMEDIA ha invertido alrededor de 93 millones de dólares en el cine regional, hay 2,646 proyectos beneficiados y más de 600 películas realizadas; ha facilitado ayuda para más de 2 mil empresas de cine y a 10 mil trabajadores de la industria audiovisual. Además ha impulsado 298 ayudas de exhibición, 859 ayudas a proyectos de desarrollo, 2,842 becas de formación, 25 convocatorias en 19 países, 283 ayudas de promoción y distribución y 787 proyectos de coproducción, entre otros beneficios. Nicaragua, al no pertenecer a IBERMEDIA, estaba excluida de todo eso y por esa razón quise dimensionar la metáfora al inicio de este artículo. ¡Buena suerte al cine nicaragüense!

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