El mito de la literatura «light»


Lissete E. Lanuza Sáenz“¿Qué lees?”, me han preguntado en varias ocasiones y atentos a cualquier mínima oportunidad de criticar. “Eso no es verdadera literatura”, he escuchado decir cuando mi respuesta es el título de un libro de literatura juvenil o de suspenso, o en otras palabras, cualquier cosa que no sea Kundera, Borges, Hemingway o un sinfín de autores por el estilo. Es entonces cuando se dice que la verdadera literatura es profunda, complicada y solo atribuida a algunos autores premiados.

“Mentira podrida”, respondo a esa gente, y también se lo digo a ustedes. La literatura es simplemente eso: literatura. Puede ser buena o mala, pero más allá de eso, no necesita ser ninguna otra cosa: ni popular, ni profunda, ni mucho menos complicada. Lo único que necesita es portar un mensaje. Llegar a los lectores. Causar una reacción.

El mito de la literatura light como un sinónimo de literatura mala es el engaño más grande de nuestra época. De por sí el término no es uno de mis favoritos. Que algo sea fácil de leer no significa que sea malo, ni que carezca de un mensaje y mucho menos que haya sido fácil de escribir. Lo mismo aplica con los libros “populares”: que mucha gente los lea no significa que sean puramente comerciales y que todo el que aprecia la “verdadera literatura” debe correr hacia otro lado.

Estoy segura de que en cincuenta años no habrá nadie hablando de Harry Potter como una serie de libros que vendió mucho, así como ahora nadie habla de la popularidad de Las Crónicas de Narnia. Ambos libros son mucho más que sus ventas. Los clásicos no nacen: se inmortalizan. Y para eso se necesita tiempo.

Es necesario aclarar, sin embargo, que no todo lo que está de moda es bueno. No toda la literatura juvenil merece ser leída. Por cada Harry Potter hay un Crepúsculo, y por cada Los Juegos del Hambre hay un Cincuenta Sombras de Grey; pero no por eso deberíamos menospreciar a un género entero; pero sobre todo, no por eso debemos dejar de leer.

Los buenos libros son buenos libros, por encima de su popularidad, su audiencia ideal o su género. La literatura no discrimina y tampoco tendríamos por qué hacerlo nosotros.

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3 Respuestas a "El mito de la literatura «light»"

  1. ¡Gracias, Lissete! También estoy aburrida de que un número importante de pseudo-intelectuales se la pasen poniendo «etiquetas» y catalogando según criterios elitistas tooooodo lo que se escribe, vituperando a algunos autores y ensalzando a otros sobre los que apenas han leído (y a veces, sólo porque no los entienden). El caso más claro (al menos en mi país) es el de Jorge Luis Borges. Todo intelectual se jacta de haberlo leído. Pero ni bien iniciás una conversación y tratás de sacar a colación algún párrafo para que te diga qué sentido ha tenido para él (o ella)…. descubrís que no lo leyó. Claro, no «esa» parte en particular, no «esa» poesía o «ese» cuento… Y entonces arremeto con otra (lo reconozco, soy buena lectora pero muy mala persona): igual resultado. Y otra, y otra. Entonces termino la conversación con alguna cosa así como: «Ah, ya me doy cuenta… ¡Vos hablás, pero no leés!» Y así me quedo casi sin amigos. Pero los que permanecen no tienen vergüenza de admitir que ese libro que leyeron (aunque sea un «best-seller»), les gustó y que el libro recomendado del mes les pareció un plomazo intragable y sólo lo leyeron hasta el final por respeto hacia el pobre tipo que se pasó años escribiéndolo.
    Hay literatura. Cada lector decide si es buena o mala y hace su propio camino.

    1. Me encanta eso de soy muy buena lectora pero muy mala persona. Yo creo que eres particular, y eso me encanta aun mas! 🙂 Es lindo cuando el internet nos hace descubrir cosas en común con gente que esta lejos.

      Yo no digo que todos los best-sellers son buenos, pero los hay. Tampoco me gustan todos los libros «clasicos». Borges y yo, por ejemplo, tenemos problemas. Yo soy mas de Cortazar. Pero méritos literarios o no, hay cosas que para mi son cuestión de gustos. Se puede reconocer que algo es muy bueno sin que despierte algún sentimiento en ti, así como puede que algo malo lo logre. En eso no hay explicaciones.

      El problema, a mi parecer, es que si limitamos la lectura perdemos a la gente. Que lean! Que lean lo que sea, pero que lean! Cada uno ira, una vez que cultive el habito, descubriendo su camino.

  2. Coincido totalmente con vos!

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