Marcos Ana, el poeta sobreviviente del franquismo


Este es uno y, quizás, el mejor de los poetas sobrevivientes a la Revolución española. Sin embargo, pocos conocen quién fue. Nació en Alconada, Salamanca, el 20 de enero de 1920, y fue el preso político más longevo de la dictadura franquista: más de 30 años acusado por tres asesinatos en primer grado de los que siempre dijo no haber cometido. Fue liberado como uno de los primeros triunfos de Amnistía Internacional.

Marcos Ana fue el disidente político de más larga data en las cárceles españolas, y prácticamente el único sobreviviente a los de campos de prisioneros de Almendros, mismo donde dicen que murió Lorca, y posteriormente en el de concentración de Albatera, de donde escapó en al menos una ocasión. Pocos días después escapó y realizó el trayecto de vuelta a Madrid, donde fue nuevamente detenido a la semana de haber llegado, después de ser delatado por un confidente de la policía.

Su primera prisión fue la cárcel de Porlier, a donde fue a dar porque el régimen franquista le atribuyó el asesinato de tres personas, hechos por los que fue condenado a muerte en 1941. En ese penal participó en la creación de un periódico clandestino, Juventud, en 1943, hecho por el que fue trasladado a la Dirección General de Seguridad, donde fue torturado, condenado nuevamente a 30 años de cárcel por un delito contra la seguridad del estado y trasladado al penal de Ocaña. De ahí pasaría a la cárcel de Alcalá de Henares, y terminaría su trayectoria carcelaria en el penal de Burgos, donde permaneció desde 1946 al 1961.

En Burgos conoció a varios periodistas, directores de medios y de revistas quienes inician su afición a la lectura con antiguos libros que circulaban por el penal. Marcos Ana comienza a escribir sus primeros poemas. En prisión, pese a que no tenía derecho a otro papel que el higiénico, logra escribir un poemario completo: Poemas desde la cárcel(1960), que consiguió salir al exterior y conocerse por muchos opositores a la dictadura, escondidos en tubos de pasta de dientes.  

Sus poemas contribuyeron a que fuera conocido fuera de España y a desencadenar una campaña internacional por su liberación, en la que destacaron figuras como Rafael Alberti y Pablo Neruda, sus amigos entrañables, que lograron éxito aprovechando un decreto promulgado por el Gobierno según el cual las personas que llevaran más de 20 años ininterrumpidos en prisión serían excarceladas.

Marcos Ana fue el único preso afectado por esta medida de gracia, pero al producirse su liberación, el 17 de noviembre de 1961, y ante la repercusión internacional que había tenido la salida de Ana de la cárcel, el Ministerio de Información y Turismo publicó un folleto que distribuía por las embajadas españolas en los países que visitaba Marcos Ana, titulado Marcos Ana, asesino, en el que reiteraban las acusaciones contra Ana que le habían supuesto su condena a muerte.

Exiliado en Francia, el Partido Comunista español le invitó a establecer el Centro de Información y Solidaridad con España (CISE), un sitio de propaganda antifranquista. Con el apoyo de los presos políticos españoles  ̶ con la ayuda de personalidades del mundo de la cultura francesa y españoles exiliados, cuyo primer presidente de honor fue Pablo Picasso, junto con Jean Paul Sartre, Jean Cassou y muchos más  ̶ , Ana recorrió de ese puesto Europa y Sudamérica, pronunciando conferencias y organizando campañas de apoyo a los exiliados y opositores al franquismo, haciendo movilizaciones internacionales en contra del gobierno franquista a cuenta del fusilamiento de Julian Grimau, el 20 de abril de 1963.

Después de la muerte de Franco regresó a España en 1976. Durante la Transición española continuó sus actividades dentro del Partido Comunista del que fue candidato al Congreso de los Diputados en las elecciones de 1977, por la provincia de Burgos, sin obtener escaño, pero en  el que ocupó distintas responsabilidades, como la de solidaridad internacional.

Su poesía, calificada de «poesía de trinchera», ha sido atribuida a «la fuerza de la convicción, la sentida sinceridad poética, la angustia, el miedo del hombre en el presidio». Su obra poética completa no se ha publicado, si bien se han hecho recopilaciones en Venezuela. En 2007 publicó un libro de memorias, Decidme cómo es un árbol. Memoria de la prisión y la vida, prologado por su amigo cercano José Saramago, el cual se centra en su estancia en la cárcel y en su actividad política fuera de ella hasta la Transición. Aunque su obra ha sido traducida al portugués y al italiano, fue la publicación de este libro de memorias la que le supuso a Marcos Ana (fallecido en 2016) su actual notoriedad.

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