Diálogo entre muertos y vivos


Diana Vásquez Reyna_ Perfil Casi literalComo buscando piezas de rompecabezas, así es toparse cuando no se lo espera con un poquito de la historia de Guatemala. El país y sus circunstancias han sido y van siendo recogidas, asidas para imponerse sobre el olvido, en sus letras, con las plumas de los laboriosos de la palabra. A veces se me eriza la piel cuando una persona que ha amado a alguien que ha sido torturado, asesinado o desaparecido, puede después de tantos años de esa pérdida pronunciar, sin dolor, su nombre y volver a repasar sus palabras en el legado escrito que pudo haber dejado, llenando el espacio de ternura, de recuerdo y de una vitalidad inaudita.

El silencio que reinó durante mucho tiempo en Guatemala ha dejado de lado el diálogo fluido de las generaciones, de las viejas con las jóvenes, de las muertas con las vivas. ¡Cuánto podríamos decirnos unos a otros! ¡Cuántos errores podríamos esquivar! ¡Cuánto valor nos entregarían los hechos pasados para nuestros futuros inciertos! ¡Cuánto nos revela la ficción y la literatura sobre la vida cotidiana!

Al repasar la lista enorme de escritores guatemaltecos, Manuel José Arce (1935-1985), periodista, poeta y dramaturgo, es el primero a explorar por desconocido en su propia tierra y porque no se encuentra tan a la mano, debido al material disperso que se tiene sobre él. Quizá los lectores asiduos, los estudiosos, los que han tenido la maravillosa oportunidad lo conozcan, lo comprendan y lo compartan, pero, ¿lo conocerán el niño y el adolescente en la escuela? ¿Conocerán sus palabras más que fechas de nacimiento o de entierro? ¿Sabrán que lo que él dijo sobrevive al olvido y es tan actual también para ellos?

La fuerza y crudeza de sus letras alentaron toda clase de represión y censura en una Guatemala conservadora y dictatorial. El autor trabajó porque su pensamiento traducido en literatura, sobre todo su teatro, llegara al pueblo: “Al año siguiente, asistí a una de las puestas en escena de la pieza que más profundamente me ha emocionado: la realizada por actores indígenas de Chichicastenango. Mi teatro, teatro de un escritor urbano, ladino, blanco, había llegado —¡por fin!— a la raíz de mi pueblo. Dos actores indios —que guardan celosamente su cultura ancestral— me habían aceptado, habían aceptado mi versión de una parte de la realidad nacional”. (Cómo y Por qué escribí Delito, condena y ejecución de una gallina)

No escribió sino para reflejar sus impresiones del horror y demandar atención a lo que necesitaba cambiar en esa época. Las razones de su expresión intelectual eran eminentemente sociales, comprometidas. Como recuerda Francisco Morales Santos, “(…) nuestro autor estaba compenetrado de los problemas de Guatemala, por lo que no tiene sentido decir que ‘fue en el exilio donde Manuel adquirió plena conciencia e información sobre la atroz realidad de su país…’”. Murió exiliado en Francia.

Hay quienes olvidan que el arte es el desdoblamiento del ser. El arte y su expresión son características eminentemente humanas y que no pueden estar desligadas de su entorno. Desde 1955 hasta la década de 1980, Manuel José Arce se dedicó a perpetuar en su obra una de las caras de Guatemala que muchos hasta el día de hoy no se atreven a mirar, aunque esté marcada con las mismas heridas que siguen abiertas.

Arce tiene la voz profunda, desgarra porque es directa, concisa, precisa, demasiado para una cultura guatemalteca resentida y sensiblera. Decir: General /—no importa cual—: para ser General,/ como usted, General, / hay una condición fundamental:/ ser un hijo de puta, / General”, no se dice por decir, sino se plasma en un poema que atenta contra el orden de las cosas. Qué diría Arce de que ahora, en 2014 (y por dos años más), nos gobierna como antes un militar, y qué coincidencia, también es general, retirado —no importa—, total general.

El legado está ahí, impreso, con el que podemos conversar. Poesía: En el nombre del Padre, De la posible aurora (Sonetos a mi esposa), Cantos en vida, Eternauta: cantos de un mar, Los episodios del vagón de carga (anti-pop-emas), Palabras alusivas al acto y otros poemas con el tema del amor, 1953-1978, Poemas póstumos. Narrativa: Diario de un escribiente, De una ciudad y otros asuntos: crónica fidedigna. Teatro: Delito, condena y ejecución de una gallina y otras piezas de teatro grotesco, Diálogo del gordo y el flaco con una rocola, El gato que murió de histeria, Compermiso, Sebastián sale de compras, Torotumbo (adaptación de una novela de Miguel Ángel Asturias), Árbenz, el coronel de la primeravera.

Mientras haya literatura, conversar con nuestros muertos es posible.

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3 Respuestas a "Diálogo entre muertos y vivos"

  1. ¿Hay alguna manera en la que pueda contactarme con usted? Estoy realizando una investigación para la universidad con respecto a la obra de Manuel José Arce, Delito, condena y ejecución de una gallina y sería de mucha ayuda poder conversar acerca de la crítica y otros aspectos.

  2. D. Vásquez Reyna dice:

    Escríbame a reyna.dv@gmail.com. Saludos.

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