Gulliver para políticos


Douglas_ Perfil Casi literal

No hace mucho tiempo que me di la oportunidad, luego de varios años de intentarlo, de leer la famosa novela del autor inglés Jonathan Swift titulada Los viajes de Gulliver. Anteriormente había tenido la oportunidad de ver una adaptación al cine, muy bien hecha pero que no se acerca a lo genial del libro en cuestión; y más recientemente, vagando un fin de semana por la tarde frente al televisor, tuve la oportunidad de ver un fragmento de la ridícula adaptación en donde actúa Jack Black. Debido a esta última decepción, decidí emprender mi viaje al lado del doctor Gulliver y descubrir hasta donde me llevaría.

Decidí titular este breve ensayo “Gulliver para políticos” porque considero que cada hombre y mujer que decide adentrarse en las podridas aguas de la política nacional, debería leer con atención el libro de Swift. Creo que podrían aprender mucho respecto a la forma en que una nación debe ser gobernada. La novela trata temas importantes como la educación del pueblo, legislación, filosofía, cultura, gobierno, etc. Lo hace de una forma directa, sin sutilezas ni eufemismos inútiles.

Hay algunos párrafos que me parecieron hechos a la medida de los políticos guatemaltecos, citaré un par que creo son los mejores desde mi personal concepción:

Al elegir personas para cualquier cargo, atienden más a su buena moral que a sus capacidades, ya que, siendo el gobierno necesario al género humano, creen que el molde común de la comprensión humana es apto para un estado u otro, ya que la Providencia no se ha propuesto nunca hacer del manejo de los asuntos públicos un misterio sólo al alcance de unas cuantas personas de genio sublime, de las que rara vez nacen tres en una era. Creen, en cambio, que la verdad, la justicia, la temperancia y análogas virtudes están expeditas a todo hombre y juzgan que su práctica, asistida por la experiencia y la buena intención, califica a cualquier persona para el servicio de su país, salvo en las materias que requieren especial estudio.

El anterior es un párrafo donde se relata la forma de asignar cargos de estado en la ciudad de Liliput, donde Gulliver es un gigante. El mismo admite lo peculiar en la elección de personas para cargos públicos y agrega que le parece un sistema justo, por momentos absurdo, pero funcional después de todo. ¿Quién no quisiera tener personas de gran calidad moral en el Congreso? El sistema por el cual los liliputienses eligen personas para dichos cargos los no parece tan descabellado, es una lástima que sea puramente ficticio.

En otra parte de la novela, Gulliver llega a Brobdingnag, lugar en donde él es el pequeño entre gigantes. En este lugar tiene cinco audiencias con el rey para que le cuente todo respecto a Inglaterra. Al final del quinto día, el rey consulta sus anotaciones y cuestiona, de forma estricta, la manera en que se comportan los ingleses:

Quedó perfectamente sorprendido de mi relato histórico de nuestros hechos durante el último siglo, protestando que se reducían a un conjunto de conspiraciones, rebeliones, asesinatos, matanzas, revoluciones, destierros y todos los peores efectos que la avaricia, las facciones, la hipocresía, la perfidia, la crueldad, el odio, la locura, la envidia, la malicia y la ambición podían producir.

Cualquier parecido con la realidad guatemalteca es pura coincidencia, ¿o no? El anterior es uno de los párrafos que más me impactó al momento de leerlo. Los problemas sociales siempre han sido los mismos, no importa si vemos a un país del primer mundo o del tercero, incluso no importa el momento histórico porque se aprecia que ya Swift analiza este fenómeno social en 1726 (año en que publica la novela).

Los capítulos respecto a la visita de Gulliver a la isla flotante de Lupata y a la Academia, los utiliza Swift para hacer una crítica respecto a los pseudo-intelectuales que desperdician su vida en cuestiones irrelevantes. Cuando llega a Glubbdudrib, por medio de un artilugio mágico, logra conversar con grandes personajes de la historia; es aquí en donde se da cuenta de lo impreciso de la misma, descubre cómo ha sido escrita por los más poderosos, quienes no siempre dejan registrada la verdad total, sino una verdad parcial, a medias; su verdad. ¿De nuevo es posible notar algo parecido con nuestra sociedad? Creo que sí.

El final de la odisea gulliveresca llega con el arribo al país de los Houyhnhnms, que son seres que Gulliver describe como caballos, los cuales tienen sometidos a una raza de salvajes parecidos a los humanos y que llaman Yahoos. Es en este punto en donde Swift hace la crítica más fuerte contra la sociedad:

Cuando pensaba en mi familia, amigos, compatriotas y la raza humana en general, los veía, según realmente eran, yahoos por su forma y disposición, aunque acaso algo más civilizados y favorecidos con el don de la palabra, pero no haciendo de su razón otro uso que el de multiplicar y aumentar sus vicios(…) Cuando veía la reflexión de mi cuerpo en un lago o fuente, volvía la cara con horror y aborrecimiento de mi mismo,  prefiriendo la vista de un yahoo a la de mi propia persona.

Gulliver desprecia a los yahoos porque son muy parecidos a los humanos, pero les da el beneficio de ser seres salvajes y atribuyendo a eso su comportamiento irracional; pero a sus iguales ingleses no les perdona, pues siendo civilizados, siguen comportándose como salvajes.

Estos yahoos los usa Swift para representar lo grotesco de la sociedad; son irracionales, violentos, egoístas, sucios, glotones, etc. Ahora, en nuestro caso, ¿no nos sentimos identificados con los yahoos? ¿No vemos reflejados dichos defectos en nosotros mismos, y lo que es peor, en los altos funcionarios del gobierno? Tal vez alguien se sienta ofendido por usar el verbo “identificar”  conjugado en primera persona del plural, pero en realidad me parece que para poder criticar el desempeño de los empleados del gobierno es necesario aceptar que no son distintos a nosotros. Somos seres humanos, somos guatemaltecos y si alguno de nosotros llegara a ocupar un puesto similar en la burocracia, ¿estamos seguros de que no cometeríamos los mismos errores, no caeríamos en las mismas faltas? Es a esto a lo que se refiere Gulliver cuando ve su reflejo en el agua: se descubría como un Yahoo más, él toma conciencia de su naturaleza y esto lo vuelve un mejor hombre cuando al fin logra regresar a su natal Inglaterra. Así, nosotros mismos debemos admitir nuestra naturaleza, admitir que hemos cometido y cometeremos errores pero que debemos aprender de los mismos, de lo contrario seguiremos encerrados en ese ciclo de corrupción y gobiernos que van de malos a pésimos.

Es por todo lo anterior que Los viajes de Gulliver debería ser el libro de cabecera de todo político guatemalteco. Probablemente muchos estén en desacuerdo conmigo, probablemente tengan argumentos más solidos que los míos y eso no me molestará; después de todo, lo que pretendo es despertar la curiosidad de quien no ha leído dicha novela para que se decida a hacerlo y forme su propio criterio al respecto.  Por último diré que la novela de Jonathan Swift es de lo mejor que he podido leer en mis treinta y tres años de vida, es emocionante y adictiva a pesar de su tono crítico y moralizador. Así que, a quien no la ha leído aún, le hago la sugerencia de hacerlo alguna vez en su vida. Le garantizo una gran satisfacción.

¿Quién es Douglas Rodas?

¿Cuánto te gustó este artículo?

Califícalo.

0 / 5. 0


Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

desplazarse a la parte superior