Salir del clóset


Corina Rueda Borrero_ Perfil Casi literal«Algún día en cualquier parte, en cualquier lugar indefectiblemente te encontrarás a ti mismo, y ésa, sólo ésa, puede ser la más feliz o la más amarga de tus horas».

Pablo Neruda

Siempre me causó curiosidad la frase “salirse del clóset” porque hace alusión al gay o lesbiana que no ha aceptado abiertamente su orientación sexual y vive escondido del qué dirán de las personas; pero rompiendo los mitos sobre esta frase cliché, no hace mucho vi un TED (Technology, Entertaiment, Design) en el que una mujer hablaba sobre desencasillar este dicho de la esfera LGBTI (Lesbiana, Gay, Bisexual, Transexual e Intersexual) y trasladarlo a nuestra vida diaria, porque una realidad es que todos tenemos nuestros pequeños o grandes secretos, que pueden ir desde admitir ante la propia familia extremadamente religiosa que se es ateo hasta comentar casualmente en una conversación que se es feminista. Y por muy tonta que suene alguna confesión, esta puede formar parte íntima de nuestra integridad como seres humanos. Nos provoca estrés el simple hecho de decirla en voz alta y nos preocupa la reacción que pueda causar a nuestro alrededor. En conclusión: tenemos miedo, ya sea al rechazo o a provocar que el mundo de otra persona se caiga en mil pedazos por “nuestra culpa”.

Cuando hablamos de “salir del clóset” nos contraponemos ante el peor de nuestros enemigos: nosotros mismos, los máximos críticos de nuestras decisiones y los únicos con la fortaleza de potenciar o destruir nuestra felicidad, y la realidad sobre esto es que al momento de ser felices lo pensamos más de dos veces porque siempre hay peros por delante para evitar incomodar a otros que no están en nuestros zapatos. Pienso, sin embargo, que quizás confrontándonos y abriendo nuestro clóset haremos que alguien más se enfrente a sus miedos.

Tal vez salir de nuestro pequeño o gran clóset pueda traer repercusiones mediatas e inmediatas, pero la peor consecuencia siempre será habernos quedado callados cuando debimos quitarnos todo el pánico que sentíamos por dentro; porque, por más que lo queramos negar, ese miedo no va a desaparecer, va a seguir creciendo en lo más profundo de nosotros y tarde o temprano nos consumirá hasta explotar.

El miedo es algo natural en los seres humanos, nunca estaremos preparados para afrontarlo. Por eso es que resulta siendo un reto decidir dejar de vivir en las tinieblas de nuestros pensamientos y salir a la luz como los seres únicos y pensantes que somos. El no ser sinceros sobre quiénes somos con la sociedad crea falsas expectativas sobre nosotros mismos y al final lo único que conseguiremos será quitar prioridad a la satisfacción de nuestras propias necesidades.

No hay manera adecuada ni el mejor momento para sacar a la luz quiénes somos, y cuándo por fin nos liberamos de nuestras ataduras no hay marcha atrás. Tampoco debería haber remordimientos por sincerarse. Nadie merece vivir en un clóset.

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2 Respuestas a "Salir del clóset"

  1. María Alejandra Guzmán dice:

    Me encantó tu columna de esta quincena, Corina.

    1. Gracias María Alejandra, un abrazo 🙂

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