El cuento del príncipe azul


Vivian Mayén_ Perfil Casi literalLa imagen del hombre alto, rubio (un poco racista) y con ojos azules que viene montado en su caballo blanco, perfecto, valiente y dispuesto a rescatar a la indefensa princesa que ha estado esperando por su llegada, viene a mi mente cada vez que asimilo el concepto de “príncipe azul”. Es muy probable que muchas mujeres tengan esa ilusión, aun cuando la realidad las golpee, las tire al suelo y les pase por encima. También es probable que ese imaginario haya sido alimentado gracias a los cuentos masificados de Disney.

Lo interesante es que el concepto nace de una recopilación de cuentos y leyendas obtenidas por los hermanos Grimm, alemanes que pertenecían al grupo de estudiosos de la filología comparada, así que estos cuentos no son más que el resultado de una investigación de campo que les permitió estudiar el lenguaje desde la literatura oral. Pero ese no es el punto. En estos cuentos —me refiero a los narrados oralmente— no existía un final feliz. Los hermanos Grimm adaptaron estos cuentos para su público lector objetivo: los niños.

Disney retoma estos cuentos y por décadas los divulga de tal forma que alcanza a todos los países del mundo. Por eso las niñas de ahora y las ya no tan niñas sueñan con ser princesas algún día y conocer a un príncipe azul que las rescate del dragón, de la madrastra malvada, de la bruja o de la reina envidiosa —que de esas sí hay muchas—. ¡Qué aburrido! En ese sentido, aplaudo que a los niños no les gusten —espero— estos cuentos. Ahí es donde sacan ventaja y luego destrozan las ilusiones de estas niñas.

No cabe duda que la influencia de estos cuentos provocan cierta frustración. Probablemente algo en nuestro pensamiento este cambiando, pero de que quedan secuelas, quedan. Cambiar el imaginario es fácil: simplemente no leer ni ver este tipo de cuentos; porque cuando la realidad los confronte, el nivel de frustración aumentará cuando el tiempo siga pasando y no alcancen un “…y vivieron felices para siempre”.

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2 Respuestas a "El cuento del príncipe azul"

  1. Lucas Vargas Sierra dice:

    Es una visión muy reducida de los cuentos verlos así, las versiones de Disney no son tan planas como pretende un análisis de género amañado y simplista. ¿Qué hacemos con Bella, y sus libros? ¿O con la curiosidad de Ariel? Sí, que la bella durmiente original tuvo hijos producto de la violación del príncipe sin despertarse, pero ese acto grotesco debe leerse desde una época, al igual que las narraciones Disney de los noventa, y las de ahora.

    No son las historias las que refuerzan estereotipos, son los estereotipos los que nos impiden ver más en las historias.

    Sólo para ampliar el foco de discusión. Tampoco es que me interese en verdad defender a Disney.

    Un saludo.

    1. Vivian dice:

      ¡Gracias por tu comentario!

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