De la democracia en Atenas a la SeptuagintaSe cree que en Atenas el nacimiento de la democracia se dio para beneficiar al pueblo. No fue así.¡Pónganse pa’ las cosas!Elena Garro: semblanza mínimaEstados Unidos: cuando la educación es el enemigoLa ruta guaraní (III): el Edén perdido en el corazón de América del SurÚltimas actualizacionesFelisberto Hernández: el pianista visual¿Ya existe la novela del siglo XXI?Amos Oz comiendo helados en JerusalénHonor y coraje son moda del pasadoTesis y bananos: Nihil novi nissi commune consensu (I)Tesis y bananos: Nihil novi nissi commune consensu (II)El idiota: la rareza de una novela innecesaria pero imprescindibleLas mujeres que el Boom latinoamericano invisibilizóEl eterno retorno: secuelas, precuelas y remakesActores malos y el consentimientoLos ecos de Trofim Lysenko¿Dónde está la marea roja?Escribir: «el peor negocio del mundo». (¿Será?)El fantástico fracaso de Joker: Folie à DeuxTestigos de una iniciaciónEl tristísimo legado de «El Bromas»Gavrilo Princip: un don nadie que cambió la historiaLa verdad sobre el home officegAZeta: siete años y contandoFringe Festival: estampas desde la periferiaApología a las malas series (para quienes aspiran a escribir ficciones)No existe la historia universalDesobediencia: la clave para reconstruir un paísLa teología de la liberación (o la liberación que no fue)Tras la pista de mujeres que escriben (III): Edith Wharton y María Fernanda Ampuero¿Crónica de un fraude anunciado? La revancha de Edmundo González Urrutia«Un soldado en cada hijo»Parpadea dos veces: un perfume llamado patriarcadoAlien, Depredador y DisneyAquellas promesas de la parranda electoral en PanamáArte Del arte y una sociedad vacíaClaridad y consistencia en el hecho artísticoLas curvas de Lola BunnyObra de arte y moralCine 120 años de las primeras filmaciones de cine en NicaraguaLa Barbaridad: Barbie en los ÓscarEl poder del perroEl tristísimo legado de «El Bromas»Historia El comercio llega más lejos que las balasEl sexo, las brujas y el miedoOctaviano Bravo: el crítico nicaragüense que en 1934 predijo el desarrollo del cine de los siglos XX y XXILo que trajo la vuelta al mundoLiteratura Sentido de comunidad en los Cuentos de JoyabajEn Panamá los llamamos líderesMás verdades en lo fantástico que las ficticias «normalidad» y «nueva normalidad»Alfredo Espino y la muerte de un poetaMúsica El fantástico fracaso de Joker: Folie à DeuxTestigos de una iniciaciónSalvador BustosXypna: una aproximación a lo divinoOpinión Educación, pandemia y empresa privadaUna extraña esclavitudLos ecos de Trofim LysenkoBukele Bitcoin: Un nuevo experimento de sífilisTeatro Historia personal del GüegüenseEugenio Barba y un desencuentro de directores de teatroEn Panamá los llamamos líderesDolly Peña Pedraza: «Hacer ósmosis: intercambiar, entre uno y otro, maneras de ver, actuar o de pensar»TV y entretenimiento «Tu falta de fe me perturba»Quién ríe al último: Stand-up o la nueva comedia en los Golden GlobesEl liderazgo femenino según Edie FalcoShtisel, la normalidad y la condición humanaViajes En las entrañas de la selva lacandona (IV)Un gigante olvidado de MesoaméricaBagan: la ciudad de los 4 mil templosPequeña crónica de China (IV)Costa Rica Aguacates para cenar en EspañaLalia y el muy probable fin de la humanidad¿La «revolución» de los escritores?El Salvador Solito rumbo al NorteUn país tan dulceKijadurías (II): entre palmeras y almendros, caminar con el poeta de Estados sobrenaturalesGuatemala Actores malos y el consentimientogAZeta: siete años y contandoDesobediencia: la clave para reconstruir un paísHonduras El manicomio del UniversoEl espejismo de ser mujer y gobernar un paísDos rostros, dos condenasNicaragua La guerra civil rusa (Historia contrarrevolucionaria II)¡Aquí hay un cine!: nuevo homenaje documental al cine nicaragüenseDesventura: una novela de tragedias, crimen y traicionesPanamá Aquellas promesas de la parranda electoral en PanamáQuerido Evan Hansen: un triunfo teatral, pero…«Casco Queen»: sentir para saber Post Views: 0
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