Aguacates para cenar en EspañaSe dice que los amigos verdaderos continúan una conversación interrumpida cada vez que se reencuentran. Dudo que sea así. En realidad,…Lalia y el muy probable fin de la humanidadEl fantástico fracaso de Joker: Folie à DeuxGavrilo Princip: un don nadie que cambió la historiaLa verdad sobre el home officeArtículos recientesGavrilo Princip: un don nadie que cambió la historiaLa verdad sobre el home officegAZeta: siete años y contandoFringe Festival: estampas desde la periferiaApología a las malas series (para quienes aspiran a escribir ficciones)No existe la historia universalDesobediencia: la clave para reconstruir un paísLa teología de la liberación (o la liberación que no fue)Tras la pista de mujeres que escriben (III): Edith Wharton y María Fernanda Ampuero¿Crónica de un fraude anunciado? La revancha de Edmundo González Urrutia«Un soldado en cada hijo»Parpadea dos veces: un perfume llamado patriarcadoAlien, Depredador y DisneyAquellas promesas de la parranda electoral en PanamáEl manicomio del UniversoUtopías de paridad e inclusiónEl comercio llega más lejos que las balasVolverQuerido Evan Hansen: un triunfo teatral, pero…El adiós de Joe Biden y los retos de Kamala HarrisEl espejismo de ser mujer y gobernar un país«¡Arráaastrenla!»«Casco Queen»: sentir para saberDos rostros, dos condenasLa violencia disfrazada de bata blancaSer escritores en América LatinaLa gran guerra en tiempos de la IATruman Capote y el erotismo de la conversaciónBorges: las traducciones que nunca hizoLa versión GPT de Javier StanziolaArte La concentración sin esfuerzo en la ejecución de Pedro Pérez MedranoXypna: una aproximación a lo divinoDel arte y una sociedad vacíaTener opiniones no te convierte en críticoCine Inadaptar La liga extraordinariaTener opiniones no te convierte en críticoLa normalidad en Patricia HighsmithEn busca de un método completo de lectura interpretativa (II): Las fases del métodoHistoria Así nos ganó el diabloExilados por la UNESCO. ¿Cuál es el precio de una preservación histórica?Honduras: el origen de las facciones de las élites (I)Las tres diosas del CoránLiteratura Los poetas que perdimos en la pesteLo bueno, lo malo y lo feo del fandomEl libro de los oficios tristesVikingos: los verdaderos descubridores de AméricaMúsica Hamilton: Una lectura poscolonialSalvador BustosEl fantástico fracaso de Joker: Folie à DeuxXypna: una aproximación a lo divinoOpinión El Día del Periodista y sus contextos en GuatemalaBarbie y el tesoro cinematográficoEugenio Barba y un desencuentro de directores de teatroGuatemala y Argentina (o cuando la historia rima)Teatro Hiperestesia: del estereotipo a la realidadHistoria personal del GüegüenseDolly Peña Pedraza: «Hacer ósmosis: intercambiar, entre uno y otro, maneras de ver, actuar o de pensar»«Casco Queen»: sentir para saberTV y entretenimiento Impeachment: las mujeres que Bill Clinton abusóPam & Tommy: sexo, mentiras y videotapeAlien, Depredador y DisneyEl genio de Mad MenViajes Chiapas, paraíso natural y cultural de México (I)Pequeña crónica de China (I)Aguacates para cenar en EspañaMi interés detrás del tarot (I)Costa Rica Aguacates para cenar en EspañaLalia y el muy probable fin de la humanidad¿La «revolución» de los escritores?El Salvador Solito rumbo al NorteUn país tan dulceKijadurías (II): entre palmeras y almendros, caminar con el poeta de Estados sobrenaturalesGuatemala gAZeta: siete años y contandoDesobediencia: la clave para reconstruir un paísUtopías de paridad e inclusiónHonduras El manicomio del UniversoEl espejismo de ser mujer y gobernar un paísDos rostros, dos condenasNicaragua La guerra civil rusa (Historia contrarrevolucionaria II)¡Aquí hay un cine!: nuevo homenaje documental al cine nicaragüenseDesventura: una novela de tragedias, crimen y traicionesPanamá Aquellas promesas de la parranda electoral en PanamáQuerido Evan Hansen: un triunfo teatral, pero…«Casco Queen»: sentir para saber Post Views: 0
Dolly Peña Pedraza: «Hacer ósmosis: intercambiar, entre uno y otro, maneras de ver, actuar o de pensar»