El 4 de septiembre de 2024 la revista digital gAZeta cumplió su séptimo aniversario. Guatemala es el centro de operaciones de este medio electrónico de construcción colectiva que da espacio a aproximadamente 70 columnistas de planta y unos 20 más que escriben esporádicamente, publicando entre cuatro y ocho columnas diarias. La curaduría está a cargo de la editora Susana Álvarez, responsable de la recepción, edición y tránsito del contenido de la revista.
En este tiempo, gAZeta ha conceptualizado y coordinado 17 especiales, de los cuales se han impreso en papel tres: el primero sobre la escritora Alaíde Foppa, a 40 años de haber sido desaparecida (el título: Urgente futuro. Escritos sobre Alaide Foppa), y los otros dos sobre la escritora Luz Méndez de la Vega y sobre el escritor Marco Antonio Flores, los cuales fueron impresos especialmente para el séptimo aniversario y presentados el 26 de septiembre.
El 4 de octubre, siempre en el marco de este aniversario, gAZeta rindió homenaje a dos de sus primeros columnistas y amigos: José Antonio Móbil, de 94 años, quien no pudo asistir por problemas de salud; y Jorge Solares Aguilar, de 90 años, que lamentablemente falleció un día antes. Sin poder presenciar el emotivo acto que les tenían preparado, familiares y amigos se dieron cita. La idea de este homenaje era agradecer en vida la trayectoria y el legado que ambos hombres han dado a la cultura guatemalteca.
En los perfiles que aparecen en la revista de los columnistas homenajeados se lee: «Antonio Móbil, escritor, editor, poeta, diplomático, apasionado por la vida y la belleza, defensor de la justicia y la equidad en todas sus acepciones y contextos. Exiliado por su pensar y decir, descubrió en la reflexión sobre la plástica una de sus grandes pasiones». Sobre Jorge Solares, se lee que evocaba «un desarrollo humano integral con justicia social dentro de una democracia culta, participativa, equitativa, en esta sociedad étnicamente plural, económicamente desigual, políticamente golpeada. El camino: una Ciencia con Conciencia como docente, investigador y editor, integrando Humanidades, Ciencias Sociales y Ciencias de la Salud». Quizá ese tipo de hombres, inquietos, curiosos, con intereses múltiples que escribieron hasta 2024 como manera de resistencia y de compartir lo que habían aprendido —y que lo hicieron con ilusión—, son una generación que va apagándose, pero que seguramente dejan mucha luz.
En el acto, la semblanza de Móbil estuvo a cargo de la escritora Delia Quiñonez, autora de poesía, narrativa breve y ensayo; además, promotora, administradora y asesora cultural. Miembro de número de la Academia Guatemalteca de la Lengua y Premio Nacional de Literatura Miguel Ángel Asturias en 2016. La semblanza de Solares estuvo a cargo de Claudia Dary, doctorada en Antropología por la Universidad Estatal de Nueva York, Albany; e investigadora del Instituto de Estudios Interétnicos de la Universidad de San Carlos de Guatemala.
Los dos actos que organizó gAZeta para celebrar su aniversario se llevaron a cabo en el Palacio Nacional de la Cultura, espacio que se buscó como una pequeña acción de reivindicación después de tres nefastos gobiernos que lo habían cercado con vallas y exagerada fuerza policial desde 2015. Como guinda de pastel al final del homenaje, apareció discreto, por la parte de atrás del salón, el presidente de la República de Guatemala, Bernardo Arévalo de León. Le dio el pésame a los hijos y familia presente de Jorge Solares, su amigo y excompañero de trabajo en Flacso. Felicitó a gAZeta y dijo: «Qué bueno es usar este espacio para este tipo de eventos».
Después de siete años, el director ejecutivo de gAZeta, Virgilio Álvarez Aragón, menciona para esta nota algunos errores y lo que han aprendido: «No podemos pasar de la cierta marginalidad porque no tenemos recursos. No hemos logrado convencer a los autores a que ellos mismos sean difusores. Y aunque escriban muy bien, nadie los lee. Lo aprendido positivo es que es posible hacer cosas con cascaritas de huevo, con voluntad, que es otro problema en Guatemala: no existe el voluntariado, no hay una actitud de hacer las cosas porque funcionan, porque valen la pena». A pesar de ello, actualmente la reconocida escritora Ruth Vaides es voluntaria y el trabajo del equipo editorial no se detiene.
Desde (Casi) literal —este otro espacio amigo— envío felicitaciones al equipo de gAZeta. Les deseo muchos años más.
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