- Procure no llegar demasiado temprano. No se fíe por la hora apertura de las puertas. La espera demasiado prolongada implicará beber, comer de más o pasar más tiempo del necesario recorriendo el sitio (la excepción a esta recomendación derivará de la emoción/devoción/fanatismo que profese al artista: si es algo superlativo, debe llegar temprano para obtener un puesto en primera fila).
- Aliméntese adecuadamente antes de salir. Consuma suficientes carbohidratos y proteínas. Los primeros son mejor en forma de pasta, para brindarle energía, evitando la fibra que formará bolo intestinal con sus consecuencias catárticas; y la segunda, si es de origen animal, mejor si es carne blanca: la carne roja podría resultar pesada e incomodarle en la tarde, noche o madrugada. Si consume vegetales, evite las legumbres por su efecto hiperproductor de metano.
- Hidrátese lo justo. No abuse. Tenga en cuenta que consumir líquidos de más es algo muy frecuente en los conciertos.
- Evacúe vejiga e intestino en la mayor medida posible antes de salir de casa, apretando hasta quedarse vacío. Recuerde que a mayor número de gente consumiendo alcohol ─sobre todo cerveza─, además de inhibir la producción de hormona antidiurética en la hipófisis posterior, esto aumenta el flujo renal con mayor producción de orina. Este efecto, multiplicado en una multitud, producirá una extensión abominable de las filas para el sanitario.
- No importa si siente frío al salir de casa: haga lo posible por salir sin abrigo. Es preferible hacer un esfuerzo por calentarse en el lugar que andar cargando bultos de ropa que con las horas resultarán estorbosos.
- Si el clima hostil le impide cumplir con el numeral anterior, hágase de una mochila de espalda con capacidad para guardar sus abrigos. No considere atárselos en la cintura. Con el movimiento y la fricción (con su propio cuerpo y con los circundantes, según el caso) hará que se deslicen y podría dejarlos caer sin darse cuenta.
- Apenas ingrese al sitio del evento, busque una piedra, ladrillo, banqueta, paredón o estructura donde pueda sentarse. Con las horas le resultará necesario. Después de varias repeticiones, sentarse en el suelo deja de ser reparador y puede repercutir en la fatiga de sus piernas/caderas/glúteos.
- No subestime a las bandas teloneras, por más que sean muchas y aumenten la ansiedad por ver a su artista. Puede llevarse sorpresas muy agradables.
- Preste mucha atención a los temas del intermedio entre banda y banda. Los programadores suelen alternar temas clásicos con novedades o rarezas según sus gustos, y por ahí escuche alguna joya inhallable.
- Asegúrese de no abusar de cerveza, whisky, tequila o cualquier sustancia psicotrópica, sobre todo si ha esperado el evento por mucho tiempo. No se deje llevar por el efecto rebaño que puede resultarle muy caro, echando a perder la experiencia y limitando su capacidad de conservar instantáneas del evento en su memoria (amnesia anterógrada inducida por sustancias).
- Baile todo lo que pueda, no importa ─o con mayor razón─ si ha asistido a solas. Será la mejor manera de canalizar la energía de la música, no importa si es cumbia, reggae, rock duro, marimba, merengue o tex-mex.
- A menos que cuente con equipo profesional y que vaya a cobrar por el trabajo, olvídese de su cámara o teléfono móvil. La experiencia de tragar la música sin distractores, por contacto directo con los órganos de los sentidos, le dejará una huella imborrable, más que fotos, audios, o videos. Además, siempre habrá quien tome mejores fotos y videos de lo que usted puede hacer con su dispositivo.
- Procure estar enamorado para vivirlo en pleno. Imagine que el sol es una mandarina y que las montañas son aguacates para sobrevolarlos, colgado del cuello de una mariposa nata. Cante a todo pulmón las letras de las canciones y compártalas. No importa si la ilusión es solo suya; igual, hará del concierto algo imborrable.
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¿Quién es Leonel González De León?