“No es necesario tener esperanzas para obrar”
Jean Paul Sartre
Como parte de todo este sentir cargado de indignación, muchos y muchas han buscado los medios para expresarse y hacer saber que se está cansado de los niveles de corrupción.
Este país entrega decenas de muertes violentas, desaparición, secuestros y violaciones cada día. Era necesario seguir creyendo y en este preciso momento una fibra se rompió, un destello de luz llenó la plaza central y un gran número de personas de distintas connotaciones gritaron exigiendo cambios.
Este es un momento preciso para que se desarrollen nuevas propuestas, para la conformación de frentes que puedan generar ideas renovadas, y además conscientes, de que la problemática nacional actual es el resultado de una historia de construcción sobre la base endeble de un estado moderno que nunca llegó a serlo, de un conjunto de fragmentaciones e intereses de unos pocos sobre las necesidades de los muchos; en general, de un sistema corrompido con el afán de permitir que todo sea posible, inclusive las más flagrantes violaciones a los Derechos Humanos. Es oportunidad de cambios, de encontrar los espacios, contando ahora con que en buena medida parece que se ha caído una venda de indiferencia que nos tenía socialmente cegados. Ahora, y como ejercicio personal, cada uno de nosotros profundicemos en las causas, pues los acontecimientos sociales no surgen de la nada: son procesos históricos y es ahí en donde podemos encontrar otras luces.
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