Una anécdota sobre la técnica de lectura interpretativa aplicada al campo educativo la tengo de la última época en que trabajé en Editorial Santillana, cuando se hicieron algunos podcasts educativos basados en guiones didácticos. Como en mi trabajo sabían de mi formación artística, generalmente me hablaban a la carrera para que les grabara algunos guiones que nosotros mismos desarrollábamos. Hasta donde sé, ninguna de las grabaciones se usó como demos; no porque yo careciera de los dotes interpretativos, sino porque estos demos eran evaluados en los centros educativos y los maestros no querían que las voces fueran de hombres; y segundo —quizá el argumento más importante—: no se sentían a gusto con una interpretación naturalista, sino más bien querían la voz nasal de la maestra repitiendo las voces de personajes como si fuera un silabario.
Así de terrible es la herencia escolástica que la educación tradicional dejó en nuestros días: hoy que los estudiantes tienen tanto material auditivo y audiovisual en internet. Esto nos enseña que la tecnología no sirve de nada si solo se usa para trasponer los modelos tradicionales al mundo tecnológico.
Aparte de esta simpática historia, dentro del mundo de las artes escénicas es muy común hablar de la técnica de lectura interpretativa. Al respecto es necesario hacer la aclaración de lo que hablamos. En una ocasión le hablé de esta técnica a un amigo mío de Letras y su primera impresión fue que se relacionaba exclusivamente con el análisis de textos literarios, y aunque esto no deja de ser parte de la realidad de esta técnica, no es el único aspecto que interesa para hacer una interpretación total del texto ante un público. En realidad, la parte más vital de esta técnica consiste en interpretar en forma oral y con su sentido exacto un texto dramatúrgico o de otra naturaleza.
Para los estudiosos de las Letras, la parte interpretativa consiste solamente en elegir un método y aplicarlo para el análisis crítico; mientras que, idealmente, el método elegido por el intérprete deberá ir más allá del análisis crítico, pues el trabajo del actor será darle vida a ese texto. Digo idealmente porque, al contrario de lo que sucede en el mundo de las Letras, en la formación actoral se enfatiza más el aprendizaje formal para interpretar un texto. De ahí que en un curso de Voz y dicción sea muy común insistir que los intérpretes lean de forma impecable, manejen técnicas de respiración y relajación, utilicen los distintos registros de la lengua de manera natural, apliquen los principios de dicción y practiquen ejercicios de ritmo al hablar. Porque ciertamente, entre más natural se oiga un texto, pero sin perder la fuerza dramática, mejor efecto causará entre la audiencia.
Por el contrario, en la formación específica de este tipo de interpretación suele existir un vacío en la etapa hermenéutica. No obstante, el aprendizaje de un método de lectura interpretativa completo requerirá prestar atención en cada uno de sus aspectos.
En la próxima entrega abordaré las diferentes etapas que, a mi criterio, se deberían tomar en cuenta para comenzar a estructurar un método de lectura interpretativa.
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