¿Por qué concebimos las palabras y la historia como espacios fijos?


Noe Vásquez ReynaLas palabras «emancipar» como «conquistar» no me gustan. Hay palabras que me fascinan, sobre todo adjetivos como «agarroso», «amarroso» o «babeante»; seguro las buscarán en el diccionario. Suerte con eso. Y no me gusta la palabra «emancipar» por lo que representa: un estado previo de sumisión a la fuerza sin que se hayan sentido las cadenas. Sí, es mi interpretación. Me encantaría saber cuáles son las suyas. Otra cosa que me gusta es entender lo que está detrás de las palabras, su historia y hacer preguntas al respecto.

Por muchas circunstancias de modo, tiempo y lugar, para algunas personas el idioma y las palabras no son tan importantes. Y por las mismas circunstancias también existen personas que opinen que la historia ya fue, que es aburrida y es algo estático con lo que no podemos interactuar. ¿Serán importantes los medios para articular narrativas heredadas que se convierten en sociedades con hábitos específicos?

Emancipadas y emancipadoras es el nombre de la exposición que actualmente se encuentra abierta —con las restricciones por COVID-19— en el Centro Cultural de España (CCE) en Guatemala, la cual «surge como un acercamiento desde el arte a las figuras de seis mujeres que participaron activamente en la gesta independentista y que han sido invisibilizadas hasta ahora en los relatos oficiales sobre la Independencia de las repúblicas centroamericanas».

Durante el recorrido guiado que hicieron Eva Bañuelos, directora del CCE, y Maya Juracán, curadora de la muestra, mencionaron cómo hemos aprendido a situar la Independencia como un espacio fijo. «Tenemos la historia fácil, todos los países estuvieron de acuerdo», expresó Juracán.

Según Bañuelos, Emancipadas y emancipadoras es una estrategia para pensar. «No es una exposición histórica, aunque esté en el contexto del bicentenario, pero simplemente es poner la idea de que la historia es una estrategia para comprender el presente. Todas las reflexiones que plantea la exposición están muy relacionadas con retos, con desafíos que la región centroamericana enfrenta en este momento. Lo que hemos hecho con Maya ha sido buscar y trabajar con temas de investigación y archivo: seis figuras correspondiendo a los seis países, más Panamá, que lo hemos invitado a participar en el proyecto porque también hay un Centro Cultual ahí, e invitar a siete artistas contemporáneas a trabajar con las ideas de esas figuras», explicó.

La muestra trata sobre la construcción de la historia local a partir de romper con la invisibilización de seis mujeres centroamericanas: Felipa Tzoc (Guatemala), María Feliciana de los Ángeles Miranda (El Salvador), Visitación Padilla (Honduras); Josefa Chamorro (Nicaragua), Francisca Carrasco Jiménez (Costa Rica) y Rufina Alfaro (Panamá́). También trata de cómo aceptamos una historia sin mujeres y cómo nos adaptamos —conformes e ignorantes— a la idea de independencia, de cómo abrazamos una patria-nación ficticia y perversa, y nos habituamos a un orgullo nacional carente-necesitado-de-amor y vacío.

Y aunque no me gusta la palabra «emancipar» ni sus derivados, considero que esta exposición logra, como dice Juracán, hacer del arte un encuentro. «Yo sí creo que debemos perder el formato artístico, porque el formato artístico es una condición occidental. Para mí el arte, o la concepción que yo tengo como curadora, es un encuentro, un acontecimiento social, entonces [lo que pasa], lo que ya dice Melissa Guevara [una de las autoras de la muestra], es traer este acontecimiento, traer este pedazo de memoria aquí».

Emancipadas y emancipadoras estará abierta hasta el 13 de noviembre (se debe hacer cita), y es una exposición que tiene mucho que decir, interpelar, pelear y burlar; pero no una a la que se puede llegar con la idea estética del reducido y pequeño primer mundo; es decir, hay que desechar en la entrada las ideas del arte y la historia blancas occidentales «demasiado bonitas» que niegan las resistencias.

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Posdata para personas curiosas: En este enlace y en este otro encuentran más historia sobre la palabra «emancipar».

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