«Diferentes países han hecho varios esfuerzos para abordar el cambio climático, pero lo que estamos haciendo en este momento, simplemente, no es suficiente», dice Narendra Modi, primer ministro de India. Mientras tanto en Estados Unidos estamos en primavera, apenas a unas semanas de comenzar el verano y las temperaturas de los tres últimos tres días, al menos en la costa Este del país, han variado entre los 42 y 60 grados Fahrenheit, un equivalente entre 5 y 15 grados Celsius, temperaturas inverosímiles para esta época del año.
El ecosistema está cambiando aceleradamente alterando el hábitat de plantas y animales. Los árboles florecen antes de tiempo y esto debido al calentamiento global. Los glaciares se descongelan rápidamente, el hielo en los ríos y lagos se está derritiendo antes de tiempo. Mientras el cambio climático comienza a mostrar efectos globales devastadores para el medio ambiente, nosotros seguimos destruyendo la Tierra con nuestra ignorancia e indiferencia. El clima está cambiando rápidamente y nosotros también debemos hacerlo.
El cambio climático es un tema que siempre me ha interesado aunque quizá no le he prestado la dedicación que merece. No tenía tal conciencia hasta que Ann Mead, mi esposa, enfermera y activista de temas relacionados al cambio climático y el medio ambiente, comenzó a educarme en el tema, enseñándome cómo con pequeños cambios en mi rutina diaria podría dar mi aporte, aunque fuese pequeño, en esta lucha por salvar el planeta. Sin saberlo, mi falta de conocimiento y formación en el tema me estaba convirtiendo en un enemigo más de la Tierra.
Las predicciones de los científicos sobre el cambio climático global están ocurriendo ahora y nosotros seguimos ignorándolo. Por un lado, países como Estados Unidos han convertido el tema en un juego político y económico donde los gobiernos se someten a las poderosas multinacionales, entre ellas las industrias petroleras y de gas natural, quienes emiten más gas metano —el segundo gas de efecto invernadero más importante en la aceleración de los cambios climáticos— y compran a los legisladores para que impongan leyes que les permitan continuar drenando despiadadamente al planeta, sin importarles los efectos que esto pueda tener.
Por otro lado, no existe una educación formal sustancial de cómo cuidar el medio ambiente y preservar el planeta. Pareciera que los gobiernos dejaran este trabajo a las ONG’s, mientras que estas no se dan abasto y luchan contra los mismos políticos para que este tema reciba la importancia y la urgencia que merece. Y los medios de comunicación, por su parte, tampoco le prestan la atención necesaria al tema y están más interesados en vender trivialidades y contenido vacío para mantener el rating de un público idiotizado por banalidades.
Mientras tanto, cada día se pierde más el hielo marino, lo cual aumenta de forma acelerada del nivel del mar y las olas de calor cada día son más intensas. Según expertos de la NASA, «los posibles efectos futuros del cambio climático global incluyen incendios forestales más frecuentes, períodos más prolongados de sequía en algunas regiones y un aumento en la cantidad, duración e intensidad de las tormentas tropicales» (climate.nasa.gov). La temperatura promedio de la Tierra aumentó aproximadamente 2 grados Fahrenheit durante el siglo XX. Dos grados podrán parecer poca cosa para todo un siglo, pero no deja de ser algo inusual en la historia reciente de nuestro planeta.
El cambio climático se debe a la actividad humana y nuestras acciones tienen un efecto significativo en el medio ambiente. Parece que estuviéramos empeñados en destruir el planeta. Los cambios provocados por las personas en la naturaleza y la biodiversidad pueden acelerar la destrucción y solo podemos solucionarlo si actuamos ahora. Las inundaciones, sismos, terremotos, tsunamis, tormentas tropicales, tornados y hasta pandemias son solo una muestra del poder de la naturaleza y cómo responde a nuestra amenaza. Estamos ante la crisis más grande que ha enfrentado la humanidad. No hay otro planeta, no hay un plan B. Es hora de actuar.
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