Hace tres años llegó a mis manos una edición de Cinco poemas, de Edilberto Cardona Bulnes. Este poeta, que nació en Comayagua el 12 de mayo de 1935 y falleció el 2 de julio de 1991 en la misma ciudad, era desconocido para mí.
Comencé a investigar un poco más y encontré una historia estremecedora. En 1973, Cardona Bulnes obtuvo el premio de poesía Café Marfil con su primer poemario, intitulado Los interiores, libro con el que comienza a mostrar una visión introspectiva y esquiva frente a la realidad circundante.
En 1974 quedó finalista de la Bienal de Poesía de León, España, pero su nuevo libro no llegó a ver la luz. Fue hasta 1980 cuando la Editorial Universitaria Centroamericana (EDUCA), con sede en Costa Rica, decidió publicar una nueva entrega del poeta hondureño: Jonás, fin del mundo o líneas en una botella, una obra inscrita en la modernidad capaz de poner en dialogo la tradición y la vanguardia.
El Jonás cuenta con una inmensa riqueza cultural y nos sumerge en la tradición helénica, en la judeocristiana, en la cultura pop, en la modernidad o en el psicoanálisis. Sus páginas abordan temas como el exilio o la otredad, e incluso podrían leerse como un manifiesto sobre el amor a la poesía.
Cardona Bulnes se mantuvo alejado de sus contemporáneos, en una sociedad que sufría las secuelas de la Guerra Fría y en un momento en que su generación escribía poesía de denuncia, apegada al realismo social. Su libro se vio opacado y envuelto en una trágica historia: a principios de la década de 1980 —no logro precisar el año exacto, pero los indicios históricos me ubican ahí— los 5 mil ejemplares de la primera y única edición del Jonás desaparecieron misteriosamente de la aduana del aeropuerto Toncontín, de Tegucigalpa, sin dejar rastro, perdiéndose así una de las piezas más valiosas de la poesía hondureña contemporánea.
No obstante, gracias al esfuerzo de algunos bibliófilos, recientemente se han encontrado algunos ejemplares dispersos que hoy circulan en fotocopias y formatos digitales entre los admiradores de su obra.
Edilberto Cardona Bulnes tuvo una vida dura de enfermedades, soledad y pobreza, y creo que en Honduras le debemos el rescate y la reivindicación de un lugar que le fue negado a pesar de ser un escritor que cuenta con una de las obras más representativas de la vanguardia en el país. Es un autor al que la crítica señala de hermético y por eso mismo ha sido poco estudiado.
Hasta la fecha, el único estudio amplio que ha sido publicado sobre su obra fue realizado por Leonel Alvarado, cuya tesis doctoral fue editada en 2007 por la editorial de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras. El trabajo de Alvarado analiza algunos textos poéticos de Edilberto, pero también se concentra en aspectos biográficos y en el rastreo de sus posibles influencias. Sin embargo, el hermetismo al que ha sido condenado Cardona Bulnes se debe a la carencia de investigación y análisis de parte de la crítica literaria. Ojalá cambiara esta realidad y que los herederos editoriales del poeta pudieran llegar a un acuerdo para publicar el Jonás, fin del mundo o líneas en una botella y de esa forma sacarlo del olvido.
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¿Quién es Linda María Ordóñez?