Educación sexual: ¿un asunto exclusivo de los padres?


Corina Rueda Borrero_ Perfil Casi literalEl caos ha sido recurrente en mi vida durante las últimas semanas y en general en todo el país con la acalorada discusión sobre un proyecto de ley que trata de implementar políticas de salud y educación sexual y reproductiva. A pesar de que el tema es amplio, toda la discusión se ha enfocado sobre la parte educativa en las escuelas, y es que quienes se oponen a que se les enseñe de sexualidad a sus hijos y a los hijos de otros se escudan en que ellos son lo suficientemente idóneos para hablar sobre estos temas en sus casas, pero se olvidan de que el 75% de los niños y niñas que nacen en Panamá son parte de una familia disgregada y que pocas veces reciben el apoyo económico de ambos padres, que son estos mismos jóvenes que están expuestos permanentemente al contenido machista de los programas de televisión nacional (y telenovelas internacionales) y música que promueven la objetificación de las mujeres, hipersexualización de las mujeres trans, homofobia, xenofobia y cualquier otro tipo de discriminación que tenga como objetivo aumentar el rating.

Estos mismos que se oponen son los que se preguntan con desprecio dónde están los acudientes de las adolescentes embarazadas y de los jóvenes pandilleros, pero también son los que tuvieron el privilegio de atender a una escuela privada donde sí les hablaron sobre temas tabúes, recibieron asistencia de especialistas cuando sufrieron de abusos y, ahora de adultos, sacan tiempo de sus agendas profesionales para supervisar a sus hijos; pero a estos se les olvida que hay otro Panamá donde los jóvenes escasamente ven a su acudiente que trabaja 16 horas o más al día en múltiples trabajos para tener apenas un arroz pelado en la mesa o que hay jóvenes de escasos recursos en comunidades apartadas que se contagian de VIH y piensan que es un mal de ojo, tampoco se acuerdan de aquellas jóvenes que desertaron de la escuela por haber quedado embarazadas a los 14 años y que esa falta de conocimiento en temas de sexualidad la heredan a sus vástagos por lo que terminan siendo abuelas antes de los 30, perpetuando así el ciclo de la ignorancia y la desinformación.

Por otro lado también se encuentran los líderes religiosos y sus iglesias, que llevan interfiriendo en este asunto de Estado desde hace 17 años, cada vez con más peros que propuestas, a los que siempre se trata de complacer, pero a la hora de la hora son estos los que salen públicamente a exigir a sus devotos que se revelen contra la inmoralidad que ellos mismos estuvieron discutiendo por meses. Lo peor de todo es que muchos de estos representantes de iglesias no tienen familias porque sus religiones se los prohíben, pero claro, ellos son los más idóneos para decir a toda a una sociedad cómo ser buenos padres y ciudadanos cuando, aparte de todo, no pagan impuestos. Adicionalmente muchos de estos líderes promueven el machismo dentro de sus cultos, relegando a la mujer a una posición de inferioridad y de culpabilidad ante las agresiones físicas, psicológicas y espirituales que viven diariamente.

Después de todo esto, ahora pregunto yo a ese 25% de padres cuyos hijos tienen la oportunidad de nacer en hogares “nucleares” y a esos líderes religiosos: ¿en serio creen que esto es tarea exclusiva de los padres? Si se creen con tanta autoridad para evitar que otros reciban información por parte de maestros y especialistas de la salud, ¿ustedes tienen las agallas de ir de casa en casa, de comunidad en comunidad, de pueblo en pueblo, brindando esta información que carecen los padres de los niños, niñas y adolescentes del país para que después la compartan en sus hogares? ¿Serán ustedes los que se harán responsables de cada una de las adolescentes que salen embarazadas cada 43 minutos en el país? ¿Serán ustedes los que tengan que explicarle a un muchacho cómo contrajo una infección de transmisión sexual? ¿Serán ustedes los que compren los insumos y medicamentos de los jóvenes infectados de VIH? ¿Serán ustedes los que acompañarán a una niña víctima de abuso a hacer una denuncia a pesar de que su madre se lo quiera impedir porque el abusador paga las deudas?

Si no piensan hacer ninguna de estas cosas, ni tampoco piensan aportar para que a través de la educación se prevengan cada uno de estos casos, mejor no opine. Si queremos una discusión de calidad sobre la educación en sexualidad debemos pensar a futuro y dejar de poner parches a la situación de los jóvenes, dejar los mitos, prejuicios, tabúes y, sobre todo, dejar las absurdas teorías de conspiración que de nada benefician al debate cuya base debería ser la ciencia y la necesidad social del país. Promover la ignorancia con falsos argumentos sólo beneficia a perpetuar la construcción de este país de plástico en el que vivimos. Necesitamos a gritos cultivar mentes críticas y conscientes. Por eso no me canso, seguiré diciendo en alto: Sí: yo voy a luchar por una educación en sexualidad.

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2 Respuestas a "Educación sexual: ¿un asunto exclusivo de los padres?"

  1. Mis comentarios por parte.

    «y es que quienes se oponen a que se les enseñe de sexualidad a sus hijos y a los hijos de otros se escudan en que ellos son lo suficientemente idóneos para hablar sobre estos temas en sus casa»

    Esto es falso, acá nadie está en contra de que se de educación sexual en los Colegios, y para obligar al Ministerio a velar porque se esté dando en todos los colegios del país, ya tenemos una ley vigente:
    La ley 82 del 24 de octubre de 2013, en su artículo 28, declara:
    Artículo 28. El Ministerio de Educación tendrá las siguientes OBLIGACIONES:
    1. Velar que las instituciones educativas OFICIALES y PARTICULARES incorporen en todos los niveles de escolaridad y en el nivel de grado y postgrado la formación al plantel docente, estudiantes y personal administrativo en
    – el respeto de los derechos,
    – libertades,
    – salud sexual y salud reproductiva,
    – autoestima, autonomía e igualdad entre hombres y mujeres como parte del currículo educativo.
    2. Dar orientación específica a la persona afectada y/o a su acudiente, de acuerdo a las circunstancias, de detectarse la existencia de cualquier tipo de violencia contra la mujer, así como informar sobre sus derechos, recursos, servicios y apoyos disponibles.
    3. Eliminar los contenidos sexistas en todos los textos educativos y material didáctico que fomenten la construcción de representaciones sociales discriminatorias y justificantes de las jerarquías sexuales.
    4. Sensibilizar y capacitar a padres y madres de familia sobre las consecuencias de la violencia contra las mujeres y su impacto en el desarrollo personal y académico del estudiantado y de la comunidad educativa.
    5. Celebrar acuerdos de cooperación y coordinación en la materia con el Instituto Nacional de la Mujer, organizaciones de la sociedad civil u otras entidades gubernamentales para diseñar y difundir materiales educativos que promuevan la prevención y atención de la violencia contra las mujeres.
    6. Desarrollar protocolos para los gabinetes psicopedagógicos en la atención de niñas, niños, adolescentes y sus madres, padres y familiares con el fin de ofrecer espacios seguros y confidenciales de desahogo, apoyo y orientación. Estos protocolos deben contener, como mínimo, los siguientes componentes:
    a. Entrevista de forma sensible y solidaria sobre la ocurrencia de violencia hacia las mujeres en el ámbito privado.
    b. Exploración sobre los riesgos que se enfrentan, cuando se considera la posibilidad de ocurrencia de violencia.
    c. Confidencialidad.
    d. Información precisa y lista de recursos, servicios y apoyos disponibles.
    e. Obligación de denunciar si hay delito.
    f. Canalización de las personas afectadas hacia un espacio especializado de atención.

    ————–

    «pero se olvidan de que el 75% de los niños y niñas que nacen en Panamá son parte de una familia disgregada »

    Este 75% incluye a todas las familias, cuyos jefes de familia no son una pareja casada legalmente (incluye viudos, viudas, personas divorciadas, etc.) Y en la mayoría de estos casos, los menores sí reciben atención por parte de sus padres, abuelos, tíos, tutores, etc.

    Cuando los padres no pueden hacerse cargo de sus hijos, la ley estableces que se les quita la patria potestad y se le otorga a otra persona, no se les dan «derechos sexuales».

    —————

    «pero también son los que tuvieron el privilegio de atender a una escuela privada donde sí les hablaron sobre temas tabúes»

    Si esto es así, y ya reciben educación sexual de buena calidad, entonces ¿por qué la ley obliga a imponer este nuevo librito en TODOS los colegios públicos y privados?

    —————-

    Todo lo demás que escribe es puro intento de manipulación.

    A la autora de este escrito se le olvida que Panamá es un país donde el derecho a practicar una religión está contempolado en nuestra constitución, al igual que el que los padres tenemos del derecho de elegir el tipo de educación que damos a nuestros hijos.

    Yo me pregunto si la autora de este escrito, quien pretende descalificar a todos los que opinan y no son padres, si ella es madre, si ella tiene hijos.

    Si usted tiene hijos, y para usted es excelente que sus hijos reciban «educación sexual integral». Excelente, la felicito, y eduque a sus hijos como mejor le parezca.

    Pero recuerde, sus derechos terminan en el preciso instante en el cual inician los míos. Y yo estoy de acuerdo con que mis hijos sigan recibiendo la misma educación sexual que han recibido hasta hoy, la que recibí yo.

    Y le recuerdo: «El respeto al derecho ajeno es la paz». Benito Juarez.

  2. Maria de Jesus dice:

    Gracias Johanne por su comentario. Aparte de leerla a usted, leí «Quién es Corina Ruedo Borrero». La marcha dejo claro que, por cada Corina Ruedo Borrero hay, unos 50 Johanne…? o mas? Ojala se llegue al consenso en este tema. Paz.

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