El Rock and Roll o simplemente Rock, tal y como yo lo entiendo, es un género musical que ha trasformado y continúa transformando las vidas de los apasionados de la música. Un revolucionario movimiento musical influenciado por mezclas de diversos géneros de folklore estadounidense, entre los que se encuentran el country, el blues, el hillbilly, el jazz y el gospell. La década de los 50´s fue la clara progenitora de esta vibrante y excepcional música. La escena en su inicio cobró fuerza en comunidades afroamericanas de Estados Unidos, en las que se mezclaban cantos religiosos con música country; hecho al que se añade la aparición de la revolucionaria guitarra eléctrica. Pronto, el Reino Unido también sería testigo del crecimiento de este género popular que revolucionó la música.
¿Cómo contenerse al ritmo divino de un genial Elvis Presley? ¿Cómo no soñar con la música del inmortal John Lennon? ¿Qué más importa cuando escuchas la intensidad de Hetfield y compañía? De esta misma forma podría enumerar cantidad de nombres y bandas, genios descomunales del rock, como el poeta al que llamaron Rey Lagarto, un joven afroamericano que incendiaba su guitarra en una especie de rito sicodélico. ¿Cómo no asombrarse con los multitudinarios conciertos de AC/DC, Queen, Pink Floyd o los inmortales Rolling Stones? Hoy el Rock no distinge géneros, pues las féminas también han demostrado su genialidad y fuerza, como la desenfrenada Janis Joplin, solo por mencionar alguna. También ha traspasado culturas e idiomas, y en el nuestro también cuenta con leyendas vivientes, como lo son Bunburi o Cerati. Nuestro país también ha contado con grandes exponentes, sobre los que pienso escribirles más adelante.
¿Cómo no gozar de esas potentes guitarras sicodélicas, que corrompen toda monotonía y nos hacen sentir un remolino en los intestinos y que aprietan el corazón? Puedo decir que corrompen el corazón más nefasto y el más melancólico al mismo tiempo. Me encanta observar aquellos espectáculos donde miles corean, cantan, saltan y se balancean desenfrenados, demostrando una especie de hermandad al ritmo de esos monstruos bellos. Y es que el Rock, más allá de ser música, es un estilo de vida.
Lamentablemente, muchas modas musicales triviales y empresas televisivas han tratado de opacar esta música por la rebeldía que esta expresa ante el sistema, la irreverencia ante los prejuicios, la crítica social, o simplemente porque denota libertad, desahogo y, consecuentemente, por representar una lucha en pro de la felicidad que se logra de mejor forma sólo a través de la música. Los detractores de este estilo de vida siempre han intentado opacar diversos géneros de gran calidad musical (como el Rock, el Rap, o la Trova) con otros géneros cuyo contenido valioso es pobre y líricamente torpe, estúpido y ridículo; alienando a jovenes desde muy temprana edad hacia una verdadera perdición cultural.
Loables todos aquellos géneros musicales donde se encuentre sensibilidad, profundidad, pasión o amor. Composiciones que nos eleven con la mezcla de armonías y melodías, el hermoso sonido de una nota o con el cálido registro del cantante. Eso es el Rock. Se debe aclarar que el Rock es mucho más que una simple y trivial moda. El Rock y sus subgéneros siempre serán clásicos; es decir, sobrepasarán los tiempos y seguirán siempre vigentes a todo tiempo. Ya no me parece útil la ancestral frase: “el Rock nunca muere”, ya que el Rock, este grandioso estilo de vida, goza de vida eterna.
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Yeah!!!! Que viva el rock!!!
Excelente!!!
muy claro y bien explicado FELICIDADES