En este mundo hay que ser valiente y, seguramente, con más acierto, en este país y tantos otros parecidos en los que compartimos tantas cosas, hay que ser un poco más valientes. La valentía viene a partir de las circunstancias que nos ponen en un hilo entre la pasividad, la indiferencia, la rutina mediocre y todo lo contrario que puede decirse que es el atrevimiento a romper ese circuito tan establecido. Ser valiente es ser «esforzado, animoso», estar lleno de valor. Perfecto. Pero lo que es definitivo es que para ese esforzado y animoso hay que dar el paso más valiente para empezarlo porque eso es lo más jodido siempre en esta vida y en la otra: empezar, y luego de eso hay que ser más valiente para continuarlo y permanecer en ese estado, en ese estadio momentáneo que termina siendo una plataforma.
Pues bien, aquí está La Valiente: festival del libro en su segunda edición aquí, en Guatemala, aunque usted no lo crea, en este país tan pequeñito, lindo, tierno y escalofriante que presenta los índices de analfabetismo más grandes de Centroamérica y seguro también de América Latina…. Guatemala, a mi parecer aunque creo que es el parecer de muchas personas en el país en donde viven porque al final de cuentas parece que esto es un problema mundial, pero Guatemala es el país en donde muy pocos saben leer y tienen acceso una buena educación, fortalecida y en donde tal vez a lo mejor más de algo se puede aprender, aquí muy pocos pueden tener eso y, lo peor, es que aquellos que lo pueden tener no lo aprovechan, no lo toman en cuenta, lo ignoran y caen en una indiferencia y pasividad por cualquier acontecimiento, que son infinitos, que ocurra en este territorio de importancia total para cada uno de nosotros. Bueno, la conclusión es que nadie lee y los que pueden hacerlo no lo hacen. Esto es lo curioso e interesante, La Valiente se define a sí misma como «un festival dedicado al libro y los proyectos editoriales alternativos generando nuevos mapas de lectura y creatividad». Perfectamente valeroso. Aquí nos encontramos curiosas formas de ver el mundo, su lectura y la hechura de tal lectura. Nos encontramos interesantes formulaciones sobre la vida y lo que le abarca a cada quien circunscribiéndonos y partiendo del libro como un objeto independiente que se sale de la red sistemática de las editoriales tradicionales en un principio y transnacionales en otro principio: la transnacionalidad de las cosas que nos consume el alma sin darnos cuenta.
Esta segunda edición de La Valiente va un poquito más allá de lo que nos podemos imaginar: no encontramos solo propuestas guatemaltecas (Ediciones Bizarras, Editorial X, Catafixia, Alambique, Sintecomates editores, Vueltegatos editores, Proyecto editorial Los zopilotes, etc., etc., etc.), también encontramos propuestas que vienen desde Chile, desde Nicaragua, El Salvador, Honduras; propuestas librescas independientes como libreros con La Casa del Libro, propuestas de sobrevivencia estatal en un Estado que ya no quiere imprimir libros como ocurre con Editorial Cultura. Y también existe el intercambio de conocimiento y experiencia que nos recorren la cabeza, las manos y el corazón con distintos talleres, varias conferencias, obras de teatro, además de la conversación minuto a minuto, hora a hora, día a día que es el mejor intercambio, la mejor espiritualidad para el alma y la creación, recreación o afirmamiento de nuevas estructuras de pensamiento, porque las ideas vienen y van en ese pedacito de las instalaciones de La ERRE (Vía 6 2-60, zona 4 y espacios aledaños de 4 Grados Norte). En fin, hay tanto por hacer, tanto por ver y ahí estamos todos juntos, todos unidos en medio de las recalcitraciones de nuestro lindo país y continuamos, siempre, de pie. Así que no sea perezoso y pásese a dar la vuelta porque hay mucho por ver y mucho por hacer.
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