Más tarde que nunca las cosas caen por su peso. Ayer, un pueblo se desgañitaba y metía las manos al fuego por un gobernante que, según ellos, había dado una solución definitiva al problema de la violencia y la inseguridad de un país. Hoy, ese mismo pueblo dentro de su candor parece despertar de una ilusión maravillosa a tierra prometida con el amargo sabor de que la realidad no es como la pintan y de que las apariencias engañan.
Pero las mentiras que el tirano millennial Nayib Bukele había construido para engañar a su pueblo no podían ser eternas. Cada vez más se va desmantelando ese aire de Mesías que se dio para satisfacer su ego inflado y acumular poder, esa aparatosa escenografía de progreso. Paulatinamente los salvadoreños y salvadoreñas han ido despertándose de esa corta Disneylandia que su amo Bukele les creó. Pero lo peor es que no despiertan con una sensación de paz, sino con ese sentimiento de que han sido engañados.
A pesar de la ilusión de seguridad que el gobierno de Bukele creó entre sus conciudadanos, hoy los jóvenes salvadoreños descubren que su país sigue negándoles oportunidades de desarrollo. Bukele debe retirar el Bitcoin porque no es funcional. Muchos de sus asesores y oponentes lo hicieron ver en su momento, pero él, enceguecido de su propia soberbia, hasta se creyó el cuento de que iba a la vanguardia. Hoy se ha demostrado que el uso del bitcoin es improcedente, principalmente para un país que necesita desarrollar en muchos otros ámbitos. El gobierno de El Salvador tendrá que tomar medidas realistas: una de ellas consiste en retirar el bitcoin de circulación, si no quiere declararse en quiebra en el transcurso del año.
Pero no sólo eso asombra ante la gradual impopularidad que el gobierno de Bukele va ganando. Ahora impulsan la creación de una ley contra la corrupción, cuando la misma familia del presidente ha malversado millones de dólares del erario en la compra de tierras cafeteras para sus negocios personales. Los mismos hermanos del presidente se han apropiado de negocios en el Centro Histórico de San Salvador así como los Arzú se fueron apropiando de diversos inmuebles en el Centro Histórico de la ciudad de Guatemala. Prueba de ello es la enorme biblioteca construida en el centro de San Salvador con recursos de dudosa procedencia.
Qué se puede esperar de un falso Mesías que tranzó con los pandilleros para generar esta falsa ilusión de seguridad en la que todavía viven engañados los salvadoreños. Por muy linda que sea, una mentira es siempre una mentira. Es cuestión de tiempo y ahora las mentiras prometidas por este político de pacotilla van quedando al descubierto para quien no quiso verlas. Nada más veamos cómo Bukele fue el primero de los mastines que se puso a la orden de sus nuevos amos estadounidenses, dispuesto a recibir migrantes de todos lados. Y es porque en la aprobación del gobierno yanqui puede ver una oportunidad para seguir manteniéndose en el poder. Pero ¿qué se puede esperar de él, dígame usted, si fue capaz de manipular la ley para mantenerse en el poder el tiempo que le diera la gana? El salvadoreño iluso, saciado de su necesidad de seguridad, seguía alimentando en el tirano estos sueños megalómanos. Ahora que el tirano tiene fuerza y que ha logrado deshacerse de la mayoría de sus opositores actúa a su sabor y antojo. Pero las mentiras no se pueden sostener eternamente y hoy el salvadoreño está comprendiendo que el maquillaje de eventos internacionales como el Miss Universo no es suficiente indicador del desarrollo de un pueblo.
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