Revista centroamericana de cultura y opinión
Por LEONEL GONZÁLEZ DE LEÓN | PASEO NOCTURNO
Las historias de Christian Solano están permeadas de menciones a Facebook, Twitter o WhatsApp como único callejón sin salida hacia la modernidad, donde el mejor modo de incorporarse al mundo es cosechando muchos likes en redes sociales.
Por RICARDO COREA | DEL TERCERMUNDO
Los haters tienen paranoia de que Nayib Bukele se convierta en dictador. De ser así, los periodistas podríamos advertir sobre esto, pero si perdemos la credibilidad desde ya, ¿cómo haremos para que la gente nos crea?
Por FRANCISCO ALEJANDRO MÉNDEZ | EL PULPO ZURDO
Qué aburrida ha de ser la vida de un periodista desde la comodidad de su casa, copiando y pegando o, en el mejor de los casos, parafraseando fuentes, sin experimentar la adrenalina y sin tener anécdotas que contar.
Por FRANCISCO ALEJANDRO MÉNDEZ | EL PULPO ZURDO
Lo curioso, y en lo que coinciden pensadores sobre esta época, es que al final de cuentas, a las personas les encantan las diferentes versiones de las realidades, no así el fondo y la esencia de lo ocurrido.
Por ANGÉLICA QUIÑONEZ | TINTA BLANCA
En este siglo y en estos medios, donde puedes crear de acuerdo con nuevos retos y tendencias, tu único pecado es ser aburrido o irrelevante. Y por favor perdónenme mis colegas académicos, pero lo que ustedes publican, comentan y comparten suele serlo (y no hablo solo de sus poetuits).
Por CORINA RUEDA BORRERO | SILAMPA COLORA’
Ni Twitter, ni Facebook, ni Instagram, ni ninguna otra red social te hace activista.
Por LUCÍA AGUILAR BALSELLS | EL GENIO MALIGNO
«Creo fervientemente que perderse en el mundo virtual es uno de los mayores males que puede adoptar el escritor contemporáneo».
Por MATEO BENÍTEZ | COGITO, ERGO SUM
Algo no anda bien cuando una empresa fortifica su monopolio a un nivel impensable.
Por LUCÍA AGUILAR
«La reflexión y la apreciación de la belleza se hacen y deshacen con la misma velocidad con la que digo «me gusta» en Facebook o lo «retuiteo» en Twitter».
Por JIMENA CASTAÑEDA
«Los jóvenes, en su mayoría, son absolutamente indiferentes ante la historia, la política y la problemática socioeconómica del país. Sus propios padres, ante el horror de la guerra, decidieron encerrarlos en una burbuja de aislamiento y alinearlos a la forma de pensamiento aceptada y alimentada por el mundo globalizado, el consumismo extremo y la creación de necesidades falsas».
¡Dale clic en Me gusta para seguir leyendo!*
(es gratis y te llevará un solo click)
*Si ya nos sigues en Facebook, ¡listo! Sólo cierra la ventana.
