¿Qué se hizo el cangrejo si estaba en la sala,
se iría para Tito caramba Playa Colorada?
¿Qué se hizo el cangrejo compadre Vicente
se iría para Icacos o Perdigalente?
Un amigo publica a un cangrejo, del orden de los decápodos (característica principal: cinco pares de patas) en una red social, dice: «Él caminaba para atrás y no había problema…». Yo recuerdo a José Emilio Pacheco y un poema suyo, claro, recuerdo el contexto en el que nos encontramos, recuerdo qué significa todo eso, recuerdo al pobre cangrejo y me digo qué culpa tenés vos, pobrecito, para ser víctima en esta metáfora tan cruel, vos, ser eclosionado de las profundidades de lo inentendible. Aún después de que, como dice el poema, «Te aplastan, te echan en agua hirviendo, / inundan tu casa», sos parte de ese juego de palabras y percepciones de nuestra culpa, como sociedad, de esas intenciones y fundamentos retrógradas de cada uno de nosotros. En fin, a lo mejor eso también es parte de lo que le acusamos al cangrejo: culpar a alguien o, en más, tomarlo como símbolo de nuestro fracaso por nuestras intenciones, nuestro obrar, nuestro movimiento, nuestro andar viscoso por el mundo.
El epígrafe del poema es de la entrega de tipos (descripciones literarias y una que otra obra litográfica de supuestos tipos característicos de la sociedad mexicana del siglo XIX) de autor anónimo llamado Los mexicanos pintados por sí mismos dice «—¿En qué piensas? / —En nada, en la inmortalidad del cangrejo». ¿Será esto una impronta fatídica de la inmortalidad de la metáfora del cangrejo, digo, siempre seremos cangrejos, quizás…?: cangrejito de mis amores, para siempre guatemalteco, para siempre latinoamericano, para siempre todo aquel que sea el objetivo de nuestros análisis de retrocesos sociales, culturales, de nuestras ofensas personales, qué se yo:
Y de la inmortalidad solo creo
en la tuya, cangrejo amigo.
El cangrejo es un animal acuático y, por lo tanto, está ligado a los mitos de la sequía de la luna. Aunque, en la tradición de los munda de Bengala (¿del janapada Magadha, sede del imperio Mauria?), después de la tortuga, primer demiurgo, el cangrejo es enviado por el Sol, el Dios Supremo, esposo de la Luna, para sacar de nuevo a la tierra del fondo del océano. En Grecia, Hera envió al monstruo Carcines, un cangrejo gigante, a luchar contra Heracles, por parte de su segundo cangrejo, en la misma gran lucha con la Hidra y, Hera, en agradecimiento con el valiente monstruo lo llevó al cielo creando la constelación de Cáncer en el Zodíaco. Bachelard dice en relación con Cáncer: vive bajo un caparazón proyector, como espíritu de las aguas se le asocio un valor íntimo e interior que recuerda los gérmenes de la vida, los huevos, fetos y yemas están rodeados de cáscaras, matrices, cortezas y envolturas y que albergan el poder de resurrección envueltos en esas corazas; el signo de Cáncer se identifica con el arquetipo maternal ya que pertenece a todo lo que es grande y envuelve, abriga, conserva, alimenta, protege: va desde el útero a la tierra maternal, las profundidades del abismo, la gruta, la caverna, la casa, la ciudad que desembocan en el Gran Refugio de la humanidad, la Gran Madre al final de cuentas.
Pseudo-Eratóstenes, en los Catasterismos (recopilación del siglo I a. C. en donde narra transformaciones de personajes de la mitología en estrellas o constelaciones):
Créese que fue colocado entre las constelaciones por Hera, ya que fue el único que, mientras los demás luchaban del lado de Heracles cuando éste mató a la Hidra, saliendo de la laguna le picó en el pie, tal como dice Paniasis en su Heraclea. Y es sabido que Heracles, enfurecido, lo aplastó con el pie, de ahí que obtuviera el gran honor de ser contado entre los doce signos del Zodiaco.
Cangrejo: avatar de las fuerzas vitales trascendentes, símbolo lunar porque, al igual que esta, anda hacia adelante como hacia atrás, pero, asimismo, símbolo del mal, el demonio del mal:
No tú, cangrejo ínfimo,
caparazón mortal de tu individuo, ser transitorio,
carne fugaz que en nuestros dientes se quiebra;
no tú sino tu especie eterna: los otros:
el cangrejo inmortal
toma la playa.
En fin, terminamos con la Ofrenda musical BWV 1079 de Bach que es conocida como el «canon cangrejo»: una obra hecha para ser interpretada hacia atrás y hacia adelante al mismo tiempo.
Cangrejo aquí, cangrejo allá, para adelante y para atrás. Nos vemos en el espejo, nos vemos de frente, uno a uno, respetándonos, amándonos, atenazándonos, igualándonos, despreciándonos, manipulándonos y hundiéndonos en alta mar, en la historia, en el mundo, en el universo.
†