La responsabilidad de educar


María Alejandra Guzmán_ Perfil Casi literalEn ciertos ratos libres hago memoria de mis recuerdos de la etapa escolar, una de las más hermosas que cualquier ser humano puede vivir. A esa edad, la mente infantil es como una esponja que absorbe toda clase de estímulos externos. Desde esta premisa, puedo darme cuenta cuán importantes fueron aquellos días para mi formación posterior.

Esto no es solamente una circunstancia personal, todos en algún momento tuvimos “mente de esponja”. No obstante, no todos los maestros tienen la destreza y las herramientas para aprovechar al máximo esa facilidad que tiene el niño para aprender, crear y explorar su mundo interno y externo. Por esa razón

es válido preguntarnos, ¿a qué se debe que no todos los docentes tengan las suficientes herramientas para el buen desarrollo de su labor? ¿La responsabilidad de formar buenos profesionales y ciudadanos recae solamente en los maestros o es tarea de todos? A continuación presentaré un par de aspectos que nos ayudarán a sacar nuestras propias conjeturas.

Recientemente tuve la oportunidad de asistir a una charla impartida a estudiantes del área de humanidades sobre becas nacionales y extranjeras. Fue realmente triste escuchar que el año pasado, de 29 becas disponibles para estudiantes guatemaltecos, únicamente dos fueron aprovechadas. Esto solamente nos indica cuán pobre es el interés del universitario promedio por indagar respecto a ello.

Por otro lado, hace poco me tomé el tiempo por revisar el Currículum Nacional Base de nuestro país correspondiente al nivel medio. A juzgar por la redacción de contenidos y competencias y su relación entre sí, pareciera que dicha malla curricular no está bien estructurada, un claro indicador que quienes son los responsables de realizar este trabajo no son lo suficientemente competentes para la labor que desempeñan.

Y aunque ha crecido el interés por el arte en Guatemala, todavía los teatros, las galerías de arte, las presentaciones de libros de cualquier índole y otras actividades culturales no tienen tanta concurrencia como un partido de futbol o un concierto de música meramente comercial. No tengo nada en contra de practicar un deporte ni de la música popular, sin embargo, el desarrollo del intelecto es tan importante como la recreación y aún así no nos preocupamos lo suficiente por cultivarlo.

¿A qué conclusión podemos llegar? La educación no es un tema prioritario del Estado, ni de los empresarios, ni de la población en general a pesar que la palabra resuena en los discursos políticos de muchos aspirantes a cargos públicos. Sé que no es una conclusión nueva, sin embargo, es un tema que debe estar presente siempre en el tintero bajo la lupa de nosotros los comunicadores, escritores y ciudadanía en general.

Es fundamental que exijamos al gobierno de turno que utilice de forma adecuada, honesta y responsable los fondos destinados a la educación puesto que la corrupción actual ha venido a afectar, no solamente el desarrollo educativo, sino otras áreas que van de la mano con este tema tales como la salud, la seguridad ciudadana, el fomento de la cultura, etcétera.

Además, es vital que las autoridades de universidades estatales y privadas sean más estrictas con los requisitos que cualquier estudiante de las carreras de docencia, pedagogía y administración educativa debe llenar, ya que quien aspira formar niños y adolescentes debe dar ejemplo de excelencia académica y calidad humana. Asimismo, también es importante promover la participación de nuestros estudiantes en mediciones internacionales de estándares educativos para conocer de forma objetiva nuestros aciertos y desaciertos en esta materia.

Sea cual sea nuestra posición, debemos velar porque se respete el derecho inherente de todo niño o niña a recibir una formación escolar adecuada. Si somos padres, proveamos a nuestros hijos de los insumos suficientes para su desarrollo a nivel escolar: si somos maestros, seamos capaces de adaptar metodologías a las necesidades de cada estudiante en lugar de esperar que el estudiante se adapte a la metodología utilizada. Y como ciudadanos en general, así como hemos manifestado en pro de una democracia transparente y de un alto a la corrupción, también debemos exigir que el Estado desempeñe de forma correcta su papel como garante de una educación pública de calidad.

No olvidemos que los ojos que son sabiamente guiados para leer las primeras letras, serán los ojos que verán con juicio crítico el curso de la historia, y que aquellas manos que se levantan con entusiasmo y alegría en las escuelas y colegios, serán aquellas que en un futuro tomarán las mejores decisiones en pro del bien común de nuestro país.

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2 Respuestas a "La responsabilidad de educar"

  1. María Alejandra: mientras leía tu post sentí la sensación de que lo estaba escribiendo una argentina como yo. Será que nuestra Latinoamérica está sufriendo un mismo movimiento social y político y que vamos todos hacia un mismo destino. Espero que sea el que tanto vos como yo soñamos: sociedades comprometidas con las futuras generaciones, Estados responsables, políticos sanos… Si no logramos mejorar la educación en nuestros países, poco vamos a mejorar nuestra vida cotidiana.

    1. María Alejandra Guzmán dice:

      Totalmente, la educación es el eje principal del desarrollo de cualquier país y de todo ser humano. Muchas gracias por comentar. Abrazos desde Guatemala.

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