En 1839 comenzó la primera guerra del opio entre el Reino Unido y la China imperial de la dinastía Qing, misma que resultó en una aplastante victoria británica. Aquel conflicto fue la primera de una serie de guerras e intervenciones extranjeras en China que iniciaron el llamado «siglo de la humillación» (1839-1949). Entre esos años la última dinastía china (Qing) cayó debido a una serie de revoluciones y guerras internas ocasionadas por las miserables condiciones de vida de sus ciudadanos.
De esta forma en 1912 se estableció la Republica de China (China Nacionalista), pero no tuvo estabilidad debido a la falta de instituciones en el país, siendo así que caudillos militares se hicieron dueños de grandes partes de la nación. A este periodo caótico se le conoce como la «era de los señores de la guerra» (1912-1928) y llegó a una relativa calma cuando el Kuomintang —un partido político creado por los lideres de las revoluciones que derrocaron a la última dinastía— logró reunir un ejército lo bastante grande para vencer a los caudillos del norte y así unificar la mayor parte del país, quedando como partido gobernante.
Sin embargo, tan pronto cómo acabó aquella guerra empezó otra: la guerra civil china, librada por el partido comunista contra el Kuomintang. Sin embargo, tras la invasión japonesa en 1937 (en realidad fue este evento el verdadero inicio de la Segunda Guerra Mundial) ambos partidos decidieron luchar juntos contra el invasor. Terminada la Segunda Guerra, se formó la ONU y el consejo de seguridad donde la China Nacionalista tuvo un asiento permanente y un poder de veto, pero la otra guerra (la civil) continuó hasta 1949, cuando los comunistas ganaron el poder y formaron la República Popular China, mientras que los nacionalistas tuvieron que exiliarse en la isla de Formosa, que hoy conocemos como Taiwán. En 1979 Estados Unidos reconoció a esta nueva república, siendo así que los comunistas tuvieron su asiento en la ONU y el poder de veto.
La idea de «una sola China» se ha vendido desde entonces. China —país multiétnico y cultural— necesita de un gran relato para consolidar la unidad nacional y la paz social. El año 2049, en el centenario del triunfo en la guerra civil, es la fecha límite que el gobierno chino se ha puesto para la reunificación nacional.
Similar al propio Estados Unidos con el destino manifiesto o al imperio-mundo de Roma, para Taiwán las intenciones de la China continental son una amenaza, una de tipo político, pues su mera existencia es un constante cuestionamiento a la legitimidad del gobierno chino e imposibilita el cumplimento del gran cuento que han vendido a sus ciudadanos y al mundo. China desea ser la nueva potencia hegemónica como lo fue Roma, Reino Unido o como en parte todavía lo es Estados Unidos; y sus gobernantes están conscientes de que detrás de toda gran nación hay un gran relato.
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