No existen feminazis, solo machistas


María Alejandra Guzmán_ Perfil Casi literalPor MARÍA ALEJANDRA GUZMÁN | Las feminazis no existen, el machismo sí. Existen feminismos radicales de izquierda, de derecha, políticamente correctos, ateos, etcétera. No obstante, nadie con un mínimo de sentido común acuñaría semejante término, pues no hay relación alguna entre nazismo y feminismo. Pese a ello, la palabra feminazi se ha popularizado tanto en redes sociales que muchos la utilizan como sinónimo de feminismo radical de forma indiscriminada.

La utilizan acaso como un chiste, como una burla hacia quienes consideran un grupo de mujeres extremistas que sostienen una bandera ideológica que no tiene razón de ser. Hacen bromas, sueltan indirectas, diseñan memes denigrantes hacia la mujer. Este tipo de conductas provienen precisamente de quienes argumentan que nosotras somos las responsables de ser acosadas, violentadas, ultrajadas e incluso asesinadas.

Dicho comportamiento es (o debería ser) intolerable. Sin embargo, cuando leemos o escuchamos esos mensajes no cuestionamos sus raíces y quizá en ese punto sí hay una cuota de corresponsabilidad. Tan responsable es quien emite esos mensajes como quien los recibe sin rebatir; preferimos caer bien a todos en lugar de poner ciertas cosas en el sitio al que pertenecen, y el término feminazi es producto de la ignorancia y del machismo.

De la ignorancia porque solo puede concebirse y engendrarse en una mente que desconoce totalmente qué representa ser feminista y cuál ha sido el rol que este movimiento ha tenido a lo largo de la historia. En este punto, es sumamente alarmante escuchar esa palabra en tantas bocas que se dedican a reproducir esquemas en lugar de romperlos; bocas que quizá han sido censuradas desde la niñez, tanto en el hogar como en colegios y escuelas.

Por otro lado, el otro factor, el machismo, está tan enraizado en cada uno de nosotros que muchas veces no reconocemos en nosotros mismos las actitudes que lo reproducen. Es entonces cuando no somos capaces de reaccionar en contra de cualquier otro comportamiento machista y seguimos inmersos en el mismo círculo vicioso.

Nunca me he considerado feminista, pero aplaudo y apoyo a quienes han asumido esta postura. Asimismo, soy consciente de que cada uno tiene derecho de estar o no de acuerdo con las ideas feministas. Lo que sí es inadmisible es pretender denigrar un movimiento como este solamente porque no nos hemos tomado la molestia de leer lo suficiente como para darnos cuenta de que no se trata de una guerra sin cuartel entre hombres y mujeres, sino una búsqueda incansable de la equidad de género en todos los aspectos.

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