Si usted quiere escribir una novela policíaca, no pase por alto las siguientes recomendaciones:
- Consiga un país gangrenado por el crimen organizado. Un lugar en el mundo donde la corrupción se haya desbordado en todas las instituciones. Haga que sus personajes sean mafiosos, que se muevan con total soltura entre el gobierno y la sociedad civil: jueces, magistrados, fiscales, diputados, ministros, activistas y empresarios.
- Construya un elemento en la trama que pueda darle cuerda a la imaginación del lector: podría ser unos cuerpos mutilados hallados en distintos puntos de la capital que tengan características comunes, la captura de un ex-presidente acusado de corrupción que luego se dará a la fuga, una línea de ensamblaje de estructuras criminales dirigidas por mandatarios y abogados o simplemente algún asesinato ocurrido dentro de una cárcel con el fin de acallar a un reo que sabe demasiado.
- Construya un héroe incorruptible, que nunca se dé por vencido y que reúna en sí mismo todas las características morales imaginables. Su integridad debe ser superior a su humanidad misma, una mezcla entre Dick Tracy, Buda, Gandhi, Robocop y Jesús. No debe experimentar cansancio, sus pensamientos y sus deseos más profundos deben estar puestos siempre en el trabajo.
- Dote su trama de grandes dosis de amarillismo. Ponga en boca de reporteros la crónica de los acontecimientos. Adose algunos columnistas que defiendan rabiosamente los intereses de ambos bandos para que los medios de comunicación sean verdaderos campos de batalla.
- Esto es muy importante: atrape al lector haciéndolo creer que esta historia tiene un final justo y equilibrado. Solo de esa forma podrá soportar todas esas galerías de atrocidad y miseria insertas en el relato. Hágale pensar que al desanudar esta trama habrá, necesariamente, una tregua. Deje algo de esperanza; la sordidez y la verdad siempre concluyen en el más profundo desaliento.
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¡Intererantes y muy acertadas me han parecido tus 5 recomendaciones!