Consideraciones sobre el cuento La señorita Cora, de Julio Cortázar


Guillermo_ Perfil Casi literalEl cuento «La señorita Cora» relata la historia de un adolescente que es internado por su madre —una mujer sobreprotectora— en un lujoso hospital por varios días con el fin de ser intervenido quirúrgicamente a causa de una apendicitis. El adolescente (Pablo) es atendido por una enfermera (Cora) durante su estadía en el hospital, de quien resulta enamorándose. Entorno a estos tres personajes gira el argumento del cuento que en este momento es objeto de análisis y consideración.

La relación entre los personajes del cuento se entreteje gracias a la técnica narrativa de los monólogos interiores. No existe un narrador único que lo sepa todo y que conozca hasta lo más íntimo de los personajes, cada quien cuenta su propia historia cuando recrean lo vivido en sus pensamientos; se hacen presentes por medio de lo que piensan y sienten y es de esa forma como se cristaliza la estructura del cuento. Y es que ese es el gran mérito de la La señorita Cora, que nos encontremos ante un relato donde la mayoría de los personajes son narradores y sus monólogos, que se complementan entre sí, reflejan la experiencia que bulle desde sus adentros. Se ha aplaudido este cuento como una gran obra experimental por romper el paradigma de las historias contadas desde la perspectiva de un solo narrador.

Los monólogos interiores le ofrecen al lector un acercamiento íntimo y más consistente con los personajes que, en escala, son un reflejo de lo mismo que él es. Gracias a esta técnica narrativa es entendible el devenir de los personajes en el relato como fieles representantes de la realidad vivida entre una mezcla de emociones y sensaciones que determinan la existencia, no solo del autor, sino además del lector. El monologo interior pretende acercarse más a la realidad humana, individual y social, tomando en cuenta los aspectos profundos de la emotividad y el psiquismo. Los personajes de La señorita Cora nos dan cuenta de su estado anímico —que en gran medida es también el del lector— gracias a esa “floración de la conciencia”.

Los protagonistas de la historia son Pablo y Cora y entre ellos se enlazan los impulsos amorosos que le dan vida a esta historia; la madre es uno de los personajes secundarios y es ella quien alimenta el conflicto del argumento al sobreproteger al chico e imponerse ante las atenciones de la enfermera. Como ya se hace notorio, el tema del cuento gira entorno al romance juvenil. El padre del protagonista es el gran ausente de la historia (no se escucha su voz, se habla de él pero no realiza ninguna actividad). Es un personaje borroso y difuso frente a otros que están muy bien dibujados y representados. Marcial, por otra parte, es el anestesista y novio de Cora, que de vez en cuando aparece en el relato cumpliendo una función paternalista calmando los malos humores y enfados de su novia provocados por la inmadurez de Pablo; y finalmente, los doctores De Luisi y Suarez, cuyo papel se limita al de heraldos y presagiadores de la inminente muerte de Pablo, dan el motivo que genera el marco propicio para que el enamoramiento del protagonista y la atracción de la enfermera se desarrolle.

El lector es partícipe de la historia dramática de un adolescente, un ser infatuado y pretencioso que divide su vida, en ese momento, entre dos realidades: la adulta y la infantil. El joven protagonista, en los últimos momentos de su existencia, libra una lucha campal en su interior por ser admitido en una de las dos realidades a causa del amor que siente por su enfermera.

La señorita Cora es un cuento conmovedor por la relación de amor o pasión silenciosa que carcome el interior de los personajes principales, donde la carga afectiva es más en uno que en otro. Al mismo tiempo Cortázar crea un mundo sin Dios donde predomina la angustia y donde los personajes son forjadores de su propio destino y la sentencia inexorable de este: la muerte (el trágico final de un adolescente de 15 años). No es de extrañar que este sea uno de los temas que hacen que la obra tenga un cuerpo, dado que el contexto social e histórico en la que fue concebida es el consecuente al de la Segunda Guerra Mundial donde corrientes como el existencialismo de Sartre toma auge y cuya premisa filosófica es que el hombre es un ente con la capacidad de elegir su propio destino a luz u oscuridad del libre albedrío. Al fin y al cabo, citando a Marx, el hombre es producto de su entorno social y de su tiempo; y este relato es reflejo del cúmulo de emociones y sentimiento de amor y soledad mesclados con el de abandono por el sabor que dejó la destrucción causada por los enfrentamientos bélicos de mitad del siglo XX.

Cortázar es considerado, para muchos, un maestro de la literatura universal por su capacidad de transmitir a través de su obra las emociones y el psiquismo que yace en lo más profundo del ser humano, temas que son de este tiempo y de todos los tiempos. Entre tanto, como las criaturas cortazarianas, el hombre está condenado  a desmarcar espacios, a aceptar la existencia y darle forma.

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