«No me voy a censurar para acomodar tu ignorancia».
Jon Stewart
En la actualidad, la mejor fuente de información y análisis político en Estados Unidos se encuentra en los Late Night Show que convierten la comedia en noticia. Este fenómeno surgió a partir de la decadencia evidente que han sufrido las cadenas tradicionales de noticias al volverse monótonas y poco analíticas, centrándose mayormente en tweets y chismes relacionados al mandatario estadounidense y su desordenada agenda, y con ridículos titulares a los que llaman Breaking News con el propósito de atraer la atención de los televidentes, pero que repiten la misma información programa tras programa; todo esto sin mencionar la autocensura por intereses políticos.
Es por esa razón que, cuando el presentador de un Late Night Show abre su programa con un monólogo de cinco o diez minutos, proporciona más información que la que ofrecen medios como CNN, NBC o FOX News, que se limitan a exhibir a los representantes demócratas y republicanos en discusiones vacías, o simplemente a recoger noticias de moda en las redes sociales; de tal modo que el televidente prefiere al comediante que, sin necesidad de ser periodista, no solo expone la noticia de manera «entretenida», sino que también ofrece una perspectiva diferente y desde una postura crítica, realista y directa que pocos medios tradicionales estarían dispuestos a tomar. Entre broma y broma, entre risa y risa, la verdad está ahí donde muchas veces nadie la quiere ver y los Late Night Shows la exponen tal cual. Empezaron a popularizarse aceleradamente no solo por su naturaleza cómica sino porque exponen información inteligente, sin tapujos y ―aunque parezca broma― bien fundamentada.
Desde la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca, programas como The Daily Show, The Late Show with Stephen Colbert, Last Week Tonight, Late Night with Seth Meyers, o el mismo Saturday Night Live han tenido un repunte importante y el presidente se ha convertido en la musa de ese éxito. Su explosiva forma de actuar les facilita el trabajo a los productores y guionistas de estos shows que, de manera creativa, simpática y sin reservas, exponen los disparates y arrebatos del mandatario, combinándolos sutilmente con información y denuncia. Su estilo desenfadado y fresco ha generado una nueva manera de hacer periodismo, ofreciendo alternativas a un público más exigente. Los Late Night Shows se han convertido en el mejor referente analítico de la situación política estadounidense.
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Lo comparto … el humor es una potente forma de expresión.
¡Enhorabuena por este artículo informador, crítico y realista!
Definitivamente, el manejo de la política con humor impacta más. Sin duda el Daily Show de Trevor Noah es genial. Me encanto el artículo.