Acabo de terminar de leer El fantasma y el poeta, que es el primer libro de relatos de Carmen Boullosa, publicado en 2007 por la editorial Sexto piso. Cuando se trata de relatos, con esta editorial no hay pierde; por lo menos en lo que he visto. Según la solapa, se trata de su primera publicación formal de cuento corto luego de 30 años de carrera literaria en el ámbito novelístico, teatral e, incluso, cinematográfico.
El libro está compuesto por quince relatos y fue imposible no reírme con cada párrafo contenido en cada uno de ellos. El título del libro es homónimo de un relato sobre Rubén Darío en el que se traga al fantasma de Jan Rodrígues, dominicano, en una sesión de espiritismo. Lo mismo le pasa a Octavio Paz, pero luego de una pelea. Ambos poetas expulsaron de su cuerpo al pobre Jan como un gas… pues, como se expulsan los gases.
Pero Darío también aparece como personaje en otro de los relatos, declinando tres veces un trago, como cosa rara en él. La autora indaga y reconstruye los detalles y las circunstancias en las que el “Príncipe de los poetas” negó, tres veces, tres invitaciones libatorias en Nueva York, al igual que Pedro, que negó tres veces al Maestro. Número con el que Nikola Tesla estaba obsesionado (obsesión también descrita en el relato), a lo mejor por la corriente trifásica. El paralelismo es magnífico entre Darío y Tesla (que al final se juntan) y una copa robada a la autora, que cuenta las tres historias en un salón de belleza neoyorkino y crea una maravillosa introducción para el libro de cuentos.
Otro relato memorable es el de Santa Teresa de Jesús (que la sinopsis de la contratapa del libro comete el error de confundirla con la Madre Teresa), doctora de la iglesia y poeta mística española en una crisis nerviosa por haber entrado a un hospital del siglo XXI al que la autora la había llevado, sin saberlo, en el Libro de la vida. Los relatos van de ida y vuelta entre el relato histórico y la descripción de los avatares humorísticos de la cotidianidad íntima. En otro cuento se narran los avatares de un escritor que intenta ganar algún certamen de relato breve tras leer el relato «Sensini», incluido en el libro Llamadas telefónicas, de Roberto Bolaño. Este texto termina acercando, tanto al escritor como al lector, al oscuro mundo de los certámenes y los premios literarios.
Pero por mucho, tal vez, uno de los relatos que más me gustaron se titula «El cuento de nunca, con sapo y azuquítar», que describe la solución ideada ante las circunstancias precarias de un matrimonio de escritores que trata de dejar de dar clases para dedicarse de lleno a escribir. Es un relato maravilloso con un paralelismo histórico hacia la Francia napoleónica.
El libro de Boullosa me reveló las extraordinarias posibilidades del relato para abrir un mundo, como decía Cortázar: un fragmento limitado de texto que debe abrir una realidad ilimitada; y también recuerda esa maravillosa e imprescindible relación entre humor y literatura que tan difícil resulta a veces recordar.
†