Los clubes de lectura son el medio eximio para coleccionar conocidos cultos y distraer la mente con algo acaso más refinado que el futbol.
Cualquiera puede formar uno que sirva sus propósitos personales. ¿Le gustan las acaloradas peleas sobre política que no remedian nada? Elija una novela histórica. ¿Se cree emprendedor? Elija cualquier título escandaloso en la sección de Economía (nadie lo leerá, pero todos le presumirán una propuesta de negocio). ¿Busca evadir la terapia? Hay una amplia bibliografía de Paulo Coelho, o solo compre la agenda. ¿Quiere alienar a sus amigos? Dos palabras: estudio bíblico.
Como servicio social de este noble espacio que anteriormente ha prestado su experiencia para presentaciones de libro, alianza feminista, ensayística intelectual y poesía, he decidido regalar esta útil, práctica y sobre todo muy seria guía para garantizar un éxito total en su próximo club de lectura literaria. De nada.
- Seleccione el libro de acuerdo con sus intereses, finanzas y el tipo de audiencia que desea involucrar. Los premios editoriales son buenos para que cultive un círculo de amistades posmodernas insoportablemente vanidosas y liberales. Los laureados del Nobel son perfectos para pelearse con esas mismas amistades. Y los clásicos, por su parte, son ideales para la gente que nunca lee pero una mañana decide, espontánea y fútilmente, cultivarse con las dos mil páginas de Les Misérables.
- Seleccione el sitio y horario para sus reuniones. Asegúrese de que el lugar sea inaccesible por distancia o tráfico. Los sitios favoritos de los lectores son aquellos que cobran una altísima tarifa de parqueo y no menos de tres dólares por una tacita de café. Alternativamente, llene una percoladora con dos libras de maíz y tres granos de espresso para acompañar con galletas rancias. Bajo ningún motivo deberá proveer suficientes mesas y sillas.
- Es momento de planificar las sesiones. Como organizador le corresponde iniciar la discusión señalando qué capítulos se han leído y preguntando: “¿Qué les está pareciendo?” Nada más. Su siguiente intervención será para despedir la sesión y recolectar las donaciones.
- Ahora bien, las participaciones de los asistentes tienen las siguientes siete premisas. Si usted pidió la palabra, comience con la que le parezca mejor:
- Yo no leí, pero vi la película y [resuma la película y llame a los personajes por el nombre de sus actores]
- A mí me parece que [parafrasee el análisis que leyó diez minutos antes en Wikipedia]
- Este libro es muy diferente de [libro que lo obligaron a leer en la secundaria] porque [resuma lo que recuerda de su única lectura en la secundaria]
- Hasta ahora estamos conociendo la psiquis superficial de Raskolnikov. Sabemos que su id esconde la violencia, pero la fachada que representa como un estudiante desertor nos sugiere que está conectado con un super-ego intelectual, una aspiración restrictiva que la sociedad impone sobre… [consuma la totalidad del tiempo y presuma que estudió Letras antes de pedir prestado para el parqueo y el cafecito]
- Yo no lo he empezado, pero me recomendaron este libro que deberíamos leer también, se llama [inserte título de novela juvenil que realmente leyó]
- [No comente, pero mastique sus galletas y sorba su café ensordecedoramente mientras otros hablan]
- Estoy en desacuerdo con el autor porque el protagonista no debería aspirar a la violencia y la tristeza, sino que debería pensar en positivo, como todos nosotros. Hay una frase de Tesalonicenses que dice [aproveche para ensayar su prédica, toque corazones y transforme vidas. Amén]
- La hazaña más complicada para un club de lectura es perseverar. Habrá sesiones llenas y sesiones vacías. Pero para ello puede apoyarse en un grupo de chat. Agregue a todos los participantes y recuérdeles constantemente que este no es el sitio para compartir mensajes de buenos días, bendiciones y memes de los Minions. Al contrario, este chat es ideal para compartir aquellas frases inspiradoras con imágenes de dominio público, como “No soy lector porque no tengo una vida, sino porque elijo tener miles de ellas” o “Un hogar sin libros es como un cuerpo sin alma” o “Emborráchate de literatura porque tu resaca será la cultura”.
- Si su asistencia comienza a mermar, acuda a las redes sociales. Busque a cualquier tuitero o instagrammer que sugiera que ha abierto un libro y extiéndale la imagen de invitación que usted mismo diseñó en PowerPoint. Reparta esa misma invitación entre sus contactos de chat y estados de redes sociales. Prepárese para una ola de rechazo, pero recuerde que los lectores somos escasos pero afortunados. Usted no está spammeando: está divulgando la cultura.
- Eventualmente, su esquema de lectura se agotará y llegará la sesión de cierre. Celebren, de preferencia, con la prodigiosa colecta que compre una pizza fría y vasos plásticos con Coca-Cola. Escuche desinteresadamente las opiniones de sus participantes y las propuestas para la siguiente lectura. Felicítelos (y felicítese) porque están conservando con vida el hábito lector. El mundo definitivamente necesita más gente como ustedes.
- Repita y enjuague con cloro.
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